En su queja el PP acusaba a la alcaldesa también de intentar "acallar ao público asistente cada vez que falan, coa imposición da expulsión ou incluso con tomarlle os datos para a súa posterior multa". Los populares consideran que en este sentido la regidora diferencia al público según su ideología política "e iso segue sendo un abuso de poder".

La Valedora no entra a fondo en esta cuestión y su conclusión se limita a reiterar la importancia de establecer un orden en las discusiones entre los grupos políticos.