Esta vez la suerte no pasó de largo por O Morrazo y dejó un nada desdeñable pellizco de casi 300.000 euros entre Moaña y Bueu. Eso sí, los agraciados no encontraron la fortuna en las tradicionales administraciones de lotería, sino que los décimos premiados procedían del bar Pósito, de Moaña, y del restaurante Casa Quintela de Bueu. En el municipio moañés se vendieron dos décimos del 04536, agraciado con el segundo premio, que supone 125.000 euros por boleto, mientras que en Bueu se vendieron seis décimos del 22259, uno de los quintos premios y que reparte 6.000 euros por boleto.

En el bar Pósito el responsable, José Verde, y el resto del personal brindaron con champán al mediodía, tras recibir la notificación oficial de que habían vendido los dos décimos premiados. "Estamos muy contentos. La única pena es que no tocase más. Pero hace ilusión dar 250.000 euros en premios.

El lotero explica que no tienen idea de la identidad de los afortunados. "Al ser de terminal pudo ser cualquiera. Tuvimos muchos clientes en verano que eran turistas, si se vendieron en verano igual el dinero se fue de Moaña", alerta.

Aún no habían transcurrido dos horas desde que se cantase el segundo premio y en este céntrico bar de Moaña no paraba de sonar el teléfono. "Ya recibimos muchas llamadas, incluso de los bancos, por si sabíamos la identidad", explica con humor José Verde.

Aunque el local ya ha repartido varios premios de entidad, es la primera ocasión en el que la suerte les sonríe en el Sorteo de Navidad. Esperan una subida de las ventas de cara al Sorteo del Niño del próximo 6 de enero, "porque siempre que repartimos un premio tenemos más clientes que esperan que la suerte se repita", apunta.

Para póximos sorteos, en el bar Pósito tienen su apuesta clara: "Los números 02871 y 33585 son los que jugamos todos los años y que siempre se agotan". Si resultaran premiados medio Moaña acabaría disfrutando de la fortuna del sorteo de lotería por excelencia.

En Bueu la suerte fue madrugadora. A eso de las diez y cuarto de la mañana salía del bombo el 22259, un quinto premio con 60.000 euros a la serie y 6.000 por décimo. El número fue vendido en terminal en el restaurante Casa Quintela, situado en la céntrica calle peatonal Eduardo Vincenti y muy cerca de la única administración de lotería del municipio. Nada más conocerse la noticia sus responsables, Toño Quintela y Ana Nantes, tenían bastante claro que sabían quienes eran los afortunados. "Son una peña del pueblo, formada por unas doce personas. Pero sin su permiso no podemos decir quienes son", decían. No hizo falta esperar mucho para que los componentes de Pepa Loba, que así se llama la peña, apareciesen por el bar para celebrarlo. "Aquí no brindamos con champán, aquí se brinda con vino tinta femia de la parroquia de Cela", afirmaron cuando acudieron a festejar con los propietarios del restaurante su buena suerte. Son en total 30.000 euros, a los que hay que descontar la parte que se lleva Hacienda, a repartir entre una docena de personas. No toca a mucho por cabeza, pero lo suficiente para celebrarlo e invertir una parte en el sorteo del Niño. "Si nos llegan a tocar 30 millones levantábamos Bueu en peso", afirmaba con muy buen humor Manuel, más conocido como Jota, que a sus 85 años se mantiene en plena forma y no dudó en posar con el bajo eléctrico de Toño Quintela, un gran aficionado al rock. Para él el premio es una especie de regalo de cumpleaños anticipado porque el próximo día 26 cumple 86 años.

La peña se formó hace ya 14 años, al principio con mayoría de gente del mar, pero ahora es más variada. La mayoría están ya jubilados, aunque hay excepciones, como José Reiriz. "Yo trabajo en las ambulancias y estuve de guardia por la noche, hasta las ocho de la mañana. Cuando llegué a Bueu escuche que había tocado en Casa Quintela y me sonaba el número. Así que cuando me tomé el café fui al coche para compobar lo y vi que era el nuestro", contaba. Los integrantes de Pepa Loba suelen reunirse los viernes a mediodía en Casa Quintela y juegan a la Primitiva, Euromillones o a la Quiniela. "Solemos usar una parte de lo que ganamos para comprar Lotería de Navidad y de Reyes. Este año decidimos comprar cinco décimos para el de Navidad y dos para el del Niño", contaban. La compra la realizaron el pasado viernes y dejaron que la máquina escogiese el número al azar. Alguien que vino detrás también se llevó un décimo, aunque ayer no se sabía quien era. Tan felices como los premiados estaban Toño Quintela y Ana Nantes. "Este premio puede ser un empujón porque la gente es muy reacia a jugar a través del terminal. Cuando le das el billete casi como que lo desprecian: 'Parece papel de teléfono o papel higiénico', te dicen", contaban. Pero ayer se demostró que lo de la apariencia no importa, que lo que vale es el número que sale del bombo.