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Un digno representante de una medicina heroica

Juan Veiga, ATS en Bueu y natural de Moaña, se jubila tras más de 40 años y el Concello lo nombrará Hijo Adoptivo

Juan Veiga Alfonso, ayer en Pescadoira, delante de la sede de su consulta en el centro de Bueu. // G.Núñez

Juan Veiga, conocido por todos sus pacientes, incluso por los que le superan en edad, como "don Juan", llegó a Bueu en el año 1973 y desde entonces ya no se quiso ir. Durante más de cuatro décadas ha forjado un vínculo inquebrantable con sus pacientes y vecinos, siempre bajo el principio innegociable de que "no soy capaz de permitir que alguien que sufra se quede sin ser atendido". A punto de cumplir los 65 años le ha llegado el momento de jubilarse y de dejar el centro de salud, donde acaba de dejar su consultorio. Todos los grupos políticos de la corporación de Bueu acordaron en la última reunión de la junta de portavoces proponer su nombramiento como Hijo Adoptivo de Bueu, uno de los reconocimientos más importantes y emotivos que puede dedicar un ayuntamiento. "Hay que ver en que liada me han metido", dice con humildad y recato en su consulta, al tiempo que algunos de sus pacientes dicen todo lo contrario. "¡Se lo merece!", exclaman con todo convencimiento.

Veiga es natural de Moaña, donde su familia es muy conocida gracias al antiguo Cine Veiga, y llegó a Bueu tras licenciarse en la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago en una de las primeras promociones de Ayudante Técnico Sanitario, lo que se conoce como ATS. En cierto modo es el último representante de una "medicina heroica": la del antiguo cuerpo de funcionarios APD (Asistencia Pública Domiciliaria), un tiempo en la que estaban de guardia las 24 horas del día y los 365 días al año y en el que la consulta solía estar en el propio domicilio particular. "Era raro poder acabar una comida o dormir toda una noche. Por eso le tengo mucho que agradecer a mi familia, que aguantó y soportó aquellos años. En cierto modo fueron presas de mi trabajo", cuenta. La Casa do Mar y luego el centro de salud, con su servicio de urgencias, no llegarían hasta bastantes años más tarde.

Cuando acabó sus estudios en Santiago le llegó el momento de realizar el servicio militar y estuvo destinado en la Escuela Naval de Marín. Allí conoció a una de las personas clave en su trayectoria, el capitán médico Salvador Pi Ferrer, que también ejercía de médico en Bueu y fallecido recientemente [era natural de Vilagarcía]. "Era una persona muy querida en el pueblo. Fue él quien me dijo que había una vacante en Bueu porque el practicante se había trasladado a Porriño", recuerda. La mediación de Pi Ferrer fue esencial porque gracias a él "me destinaron como panadero en la Escuela Naval, con lo lo cual trabajaba de noche y durante el día podía estar atendiendo la consulta en Bueu". En este punto sale también a colación otro nombre importante en la sanidad de Bueu, el de Antonio Villar Agra, fallecido hace pocos años. "Él era el otro sanitario que estaba en el pueblo y me cubría las guardias por la noche para que yo pudiese estar en la panadería de la Escuela Naval de Marín", rememora con agradecimiento Juan Veiga.

A los dos años de llegar a Bueu aprobó las oposiciones en Madrid y se quedó definitivamente en el municipio buenense. La apertura de la consulta a través del seguro privado, ahora Adeslas, fue casi una obligación. Eran los propios vecinos los que se lo pedían. "Esta consulta me la puso el pueblo", dice. Ese consultorio tuvo varias sedes, algunas en su propio domicilio particular: en Banda do Río, encima del supermercado Froiz, en la actual farmacia de Banda do Río... hasta llegar a su actual emplazamiento, en las galerías de la Avenida Montero Ríos, al lado del Miramar. "Tengo mucho que agradecerle a Paulino Vidal [padre de Gemma Vidal Cestay y suegro del edil José García Cuervo], que me acogió en su casa de Banda do Rio y se portó conmigo como un padre", cuenta. No es el único del que se acuerda. En sus agradecimientos también están personas como Paco, de la taberna La Viuda, Pouseu el carpintero y dos personas que "fueron un gran apoyo en mis comienzos", como Constante "Tante" Quintela [del restaurante Casa Quintela] y Salvador Gómez, del Instituto Social de la Marina (ISM) de Vigo. "Fueron un gran apoyo y me animaron mucho", recalca. Los agradecimientos culminan, como no podía ser de otro modo, con sus compañeros en el centro de salud, tanto los médicos como el resto de sanitarios. "Son muy buenos profesionales, tuvieron mucha paciencia y les estoy muy agradecido", subraya.

El agradecimiento y cariño de los vecinos está también detrás de su próximo nombramiento como Hijo Adoptivo de Bueu. Durante las últimas semanas han sido muchos los que se han dirigido de una u otra manera a los miembros de la corporación para reclamar algún tipo de homenaje hacia Juan Veiga. "Todos los grupos políticos estamos de acuerdo en que es una persona que se merece este reconocimiento, es una decisión unánime", afirma el alcalde de Bueu, Félix Juncal.

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