"Este estudio es uno de los que tiene más posibilidades de funcionar de todos los que se están haciendo en el mundo, pero aún así no hay muchas opciones de que prospere". Con esta dicotomía resume Jorge Cameselle, doctor en medicina y cirugía, la investigación científica que está llevando a cabo junto a un equipo multidisciplinar sobre la eficacia del consumo de la planta Bryophyllum Daigremontianum -conocida popularmente como kalanchoe- en la prevención del cáncer. Y así lo plasmó ayer en la charla debate organizada por la Asociación de Diagnosticad@s de Cancro de Mama de Pontevedra (Adicam) en Cangas. Cameselle estuvo acompañado por Pedro Pablo Gallego y Esther Barreal, profesores del departamento de Biología Vegetal y Ciencia del Suelo de la Universidad de Vigo; Pascual García, graduado en Bioquímica; la profesora del departamento de Farmacología, Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la Universidad de Santiago, Mariana Landín; y la directora del Aula Medioambiental de Vigo Lidia Rojo.

Cameselle explicó que este estudio en un paso más en un trabajo iniciado hace ya tres años para conocer las propiedades de una planta a quien las redes sociales atribuían propiedades milagrosas, pero con escasa base científica. Tras formar un grupo de investigación y de demostrar la no toxicidad de la planta en determinadas dosis -con la excepción de enfermos de cardiopatías o que tomen sintrón-, el siguiente paso es conocer si tiene efectos como agente quimiopreventivo, es decir, si su ingesta previene la aparición de cáncer. "Nosotros creemos que es un agente ideal para estudiar. Es una planta que tiene propiedades antiproliferativas y pensamos que es útil como agente quimiopreventivo", señala. De este modo, ha puesto en marcha un estudio caso-control donde personas voluntarias tomarán una bebida a base de kalanchoe para comprobar sus efectos con otro grupo de control. "El objeto del estudio serán 5.000 personas, con otras 10.000 que ejercerán como control, y establecemos un plazo de 5-10 años para seguirlos. A los cinco años tendremos los primeros resultados y a los 10 tendremos el estudio realizado", dice el galeno.

Los voluntarios reciben cada mes una botella con 200 mililitros de la bebida y la intención es ir incorporando más personas al estudio a medida que sea posible. "Estamos dando todo gratis y financiándolo de nuestro bolsillo y con la colaboración de Adicam, pero estamos buscando ayudas. A medida que las tengamos incorporaremos a más gente", sentencia Cameselle.