La denuncia pública formulada hace unos días por vecinos de la parroquia de Cela, que alertaban de que varios árboles del Eirado presentaban evidentes signos de envenenamiento ha surtido efecto. Pero un efecto contrario al deseado. Los vecinos han detectado que un tercer árbol apareció en la mañana del viernes con agujeros realizados con taladro y la presencia de una sustancia viscosa, con el consiguiente aumento de la preocupación vecinal.

Personas de la parroquia acudieron ya hasta las dependencias de la Policía Local de Bueu para poner en conocimiento esta situación, aunque en principio se les recomendó acudir al Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona).

El Eirado de Cela es un espacio de propiedad vecinal y que se utiliza como recinto de fiestas, además de como aparcamiento público. En uno de sus frentes hay plantados varios árboles: cinco plátanos, un pino y un roble. Dos de ejemplares de la primera especie presentan desde hace tiempo signos de estar secándose y los vecinos comprobaron que en su base había varios agujeros realizados con una broca y taladro.

En esas perforaciones se inyectó a continuación una sustancia que es la que estaría provocando el envenenamiento de los árboles. Ahora esa acción de sabotaje se extiende a un tercer ejemplar, un comportamiento para el que las personas de la parroquia no hallan explicación. "No tiene sentido. No lindan con ninguna finca y no molestan a nadie", apuntan.