La nueva plaza de San Xosé ya está en uso y el Concello podría darle hoy la licencia a los edificios colindantes

La plaza pública ubicada frente al cementerio de la calle San Xosé, en Cangas, ya está en uso y sirviendo de punto de encuentro para los vecinos tras finalizar los trabajos realizados por la empresa Rodamarla en la parcela, de unos 1.700 metros cuadrados. La ejecución de la obra era un requisito indispensable para que el Concello otorgue las licencias de primera ocupación a los dos bloques de viviendas y locales comerciales ubicados en el entorno, que llevan varios estancados. El concejal de Urbanismo, Rafael Soliño, tiene previsto que hoy visite la zona el arquitecto municipal para confirmar que la actuación se adecua a lo acordado, y en ese caso podrían otorgarse los permisos de ocupación por la tarde, en la Xunta de Goberno Local, asumiendo la Administración municipal la titularidad de la zona verde.

Aún a falta de ese trámite formal, los trabajos finalizaron el jueves y durante el fin de semana ya fueron muchos niños y mayores los que empezaron a disfrutar de las nuevas instalaciones, que disponen de una pista central de actividades múltiples (con porterías de fútbol y balonmano, así como canastas de baloncesto), así como un parque infantil y zonas ajardinadas. También está concluida la "fuente seca" (que no tiene vasos a la vista y queda enrasada con el pavimento) con cinco chorros de agua y dotada de iluminación nocturna para darle un tono más atractivo a la zona , aunque ese elemento no se encenderá hasta que todos los trámites hayan finalizado.

Entre esos flecos pendientes también figura la instalación en la plaza de una escultura de Manolo Coia, que contribuirá a poner en valor el entorno. Es uno de los fines que persigue la empresa propietaria de los edificios colindantes, que ha aprovechado el cambio de imagen para instalar un cartel anunciando la venta de viviendas y locales, próximos a recibir la licencia municipal de primera ocupación.

El estreno oficial de la nueva plaza se producirá "en unas semanas", augura Rafael Soliño, para facilitar que se le den todos los retoques y tiempo para que crezca el césped recién sembrado. Mientras, se vallará el jardín para impedir que se deteriore con el tránsito.

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