Casi un década ha habido que esperar para que la piscina cubierta de Cangas, considerada la obra municipal más emblemática de los últimos años, acoja el primer chapuzón. Lo dieron ayer el alcalde, José Enrique Sotelo, y el arquitecto artífice del proyecto, Alfonso Penela, que se pusieron el bañador y se lanzaron al agua para escenificar el final de la cuenta atrás y la próxima apertura al público, que se prevé en abril. "Es una enorme satisfacción confirmar que la obra está hecha y que los cangueses y canguesas cuentan desde ahora con unas instalaciones excepcionales", celebró el regidor mientras brindaba con champán francés con el arquitecto, perceptiblemente satisfecho con el trabajo: "Yo estoy orgulloso del resultado, pero lo que realmente me interesa es que también lo estén los usuarios que vendrán a disfrutarlo", sentenció Penela.
Con ese gesto simbólico, que hubo que aplazar en los últimos días para poner los vasos a punto y lograr el grado justo de cloro, los promotores dan por estrenada la nueva piscina e instalaciones anexas -gimnasio, pistas de squash y jacuzzi, entre otras-, aunque la inauguración oficial será esta tarde, a partir de las 17:00 horas y con la presencia de representantes municipales y de las administraciones que han contribuido a financiarlas, la Xunta y la Diputación. No obstante, tanto en el interior como en el exterior continúan los operarios dando los últimos retoques y hoy se le dará un primer "lavado de cara provisional" para que ofrezca su mejor aspecto a los visitantes. Sotelo también mostró ayer la colección de fotografías sobre el pasado ballenero de Cangas que decorarán las paredes de distintas dependencias interiores.
Trabajos interrumpidos
Aunque desde la puesta en marcha del proyecto, en 2006, y la colocación de la primera piedra, un año después, fueron varias las empresas responsables de los trabajos, ha sido la firma Civis-Global la encargada de retomarlos tras más de un lustro interrumpidos por falta de financiación, hasta que la Secretaría Xeral para o Deporte asumió el empujón definitivo aportando un millón de euros a través de un convenio con el Concello. Las instalaciones incluyen dos vasos para la práctica de la natación, dos pistas de squash, gimnasio, salas de masaje, spa y jacuzzi. "El resultado es espectacular", reconoció el director xeral, José Ramón Lete Lasa, cuando visitó las obras hace tres meses. "Sin duda será un referente, la obra emblemática de Cangas", insistió el alcalde, José Enrique Sotelo, que ayer se ratificó en esa afirmación.
Sobre la gestación y desarrollo de los trabajos, Alfonso Penela explicó que el edificio debería remitir al mundo del mar y al pasado ballenero de Cangas, por lo que la estructura recuerda al esqueleto de un cetáceo que se amolda a la orografía y el tejado está formado por miles de láminas de material impermeable que recuerdan las escamas de los peces. "Parece una estructura muy compleja y cara, pero en realidad ha servido para reducir costes", argumentó el arquitecto, que también dirigió el recorrido por el recibidor, con más de un centenar de amplias taquillas, los dos vasos (uno de ellos para principiantes y otro de 25 metros de largo, apto para competiciones oficiales), las "camas de agua" de forma circular, con chorros y orientadas a la gente mayor, los vestuarios, las calderas de gas, las pistas de squash, el gimnasio de unos 200 metros divididos en dos salas y la cafetería con mirador sobre la zona de baño, entre otros servicios repartidos en más de 3.000 metros cuadrados construidos. La pavimentación de la "playa" que rodea las piscinas, colocación del parqué y pintado interior son los "retoques" que se han dado desde entonces a un complejo cuyo coste total rondará los 2,5 millones de euros.