Las oficinas del ORAL se trasladarán al inmueble del edificio de Labradores

Ya es definitivo. Las dependencias que el Organismo de Recaudación de la Administración Local (ORAL) tiene en un sótano del Concello de Cangas se trasladarán al edificio de la antigua Cámara Agraria o Casa de Labradores, donde el gobierno municipal también quiere llevar la oficina del Servicio Galego de Emprego. Será la Diputación Provincial de Pontevedra la que corra a cargo de los gastos de la reforma. El proyecto que el alcalde José Enrique Sotelo presentó al presidente de la Diputación Provincial de Pontevedra, Rafael Louzán, asciende a 111.000 euros.

El citado órgano de gestión tributaria, que depende de la Diputación Provincial, se encuentra en la actualidad en los sótanos del consistorio y la intención del gobierno y de la administración provincial es trasladarlo a otro más adecuado para la atención al público. No hay que olvidar que el ORAL cobra los impuestos de Cangas.

Una vez se haga efectiva la adquisición del inmueble por parte del Concello de Cangas a la Consellería de Facenda, se procederá a la remodelación del primer piso de este inmueble en las oficinas del ORAL. En la nota hecha pública ayer por la Diputación Provincial se insiste en la idea que tiene el Concello de trasladar al citado inmueble el Servicio Galego de Emprego.

El proyecto de remodelación del edificio, que fue elaborado por los técnicos del Concello de Cangas, incluye la instalación de un ascensor, la renovación de la carpintería exterior, la dotación de una nueva cubierta, así como la mejora de la accesibilidad.

El primer piso cuenta con una superficie útil de 195 metros cuadrados mientras que el bajo dispone de 182,82 metros cuadrados.

En la oficina del ORAL en Cangas trabajan en la actualidad siete personas que atienden fundamentalmente a los vecinos de Cangas, Moaña y Bueu.

Se trata de una sede con notable actividad, ya que el año pasado atendió a un total de 8.312 consultas de los ciudadanos y en lo que va de año a cerca de 2.400 .

Este traslado era uno de los compromisos que Rafael Louzán tenía con José Enrique Sotelo desde principios del mandato.