Las jornadas "Descubre Ermelo. Patrimonio de Bueu" se abren mañana con una conferencia en la que participarán los dos investigadores que más han profundizado en los últimos años sobre el origen y la historia del monacato de esta aldea buenense, Miguel Romaní Martínez y su "discípulo" Pablo S. Otero Pyñeiro Maseda. En 2005 publicaron "El antiguo monasterio de Santiago de Ermelo" a través del Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento y del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Ambos intervendrán a partir de las 18.15 horas y hablarán sobre las inscripciones epigráficas sobre el arzobispo Diego Xelmírez, impulsor de la Catedral de Santiago, y los posibles orígenes buenenses del juglar conocido como Macías O Namorado.

-¿Cuál es el origen de ese libro que publicaron sobre Ermelo y sus principales conclusiones?

-En su momento mi discípulo Pablo S.Otero Pyñeiro y yo empezamos a hacer un estudio sobre la iglesia que había en Santiago de Ermelo. El caso es que nos quedamos pasmados al descubrir que allí había dos inscripciones epigráficas - sobre piedra- y en las que se decía que el templo había sido reconstruido durante la época del arzobispo Xelmírez (en el año 1104). Se conservan en perfecto estado y nadie se había fijado en ellas, ni siquiera Filgueira Valverde o Bouza Brey, que se recorrieron hasta el último rincón de Galicia y metieron la nariz en todos los sitios (risas). Consultamos el libro "Viaje a Galicia" (de 1745) de Fray Martín Sarmiento, en el que sólo decía que había unas inscripciones que no se leían bien porque en aquel momento había un retablo delante.

-¿Cuál es la importancia histórica de esas inscripciones epigráficas alusivas a Xelmírez?

-Es la única inscripción que se conserva en la que se cita al arzobispo Xelmírez. Existe otra más en la iglesia de Santa María de Alba, en Pontevedra, pero estaba en el exterior y la erosión de los siglos la ha hecho casi ilegible. Esas inscripciones son de una gran importancia porque es la primera vez que Bueu entra en la historia por escrito, son por así decirlo las primeras noticias de Bueu. Esto además vincula a la iglesia de Ermelo con la política de Xelmírez una vez que acabó con el peligro de las invasiones normandas, que consistió en reconstruir iglesias que habían sido atacadas por los vikingos o que se encontraban en mal estado. Hay que tener en cuenta que Xelmírez en aquel tiempo era una persona poderosísima, casi como un rey. Era un hombre muy culto, que se esforzó por sacar a Galicia del fin del mundo y que la dotó de su primera gran autopista: el Camino de Santiago.

-Xelmírez no es el único personaje al que se alude en esas lápidas conmemorativas que se conservan en Ermelo...

-Cierto. Y esa es otra de las razones por las que también son importantes. Aparece reflejado el rey Alfonso VI, que organizó la primera cruzada de la cristiandad y en la que llamó a nobles franceses. Entre ellos vinieron dos primos, los condes Raimundo y Enrique de Borgoña. El primero se acabaría casando con la hija del rey, doña Urraca, y sería Conde de Galicia y por esos aparece citado en las lápidas que hay en Ermelo, que es también la única cita epigráfica que hay sobre él. Mientras, a Enrique lo nombró Conde de Portugal. ¡Y ahí de alguna manera tenemos también el nacimiento del reino de Portugal, que después se independizaría! (Enrique de Borgoña se casó con Teresa, una hija ilegítima de Alfonso VI, y luego su hijo sería el primer rey de Portugal). Las otras personas que aparecen citadas son los abades que estaban en Ermelo durante la reconstrucción de la iglesia, que eran Fernando y Savariz.

-Estamos hablando de una época en la que las comunicaciones nada tenían que ver con las actuales y no deja de ser sorprendente el interés de un personaje como Xelmírez en un lugar tan apartado como Ermelo. ¿Es posible pensar que el arzobispo estuvo en Ermelo o que asistió a la inauguración de la reedificación de la iglesia?

-Ciertamente es posible pensar que vino. Hay que pensar que esas lápidas de las que estamos hablando están muy bien hechas, elaboradas con mucho cuidado y debían costar dinero. Es posible que los frailes pensasen o tuviesen expectativas de que Xelmírez iba a acudir a la consagración. Posiblemente decidieron quedar bien delante del arzobispo y encargar esas lápidas conmemorativas. Es posible.

-¿Y la posibilidad de que Xelmírez fuese enterrado también en Ermelo?

-¡No! El problema es que en la Edad Media había muy poco respeto por las laudas sepulcrales. A lo mejor pasado el tiempo las levantaban y las utilizaban como relleno para hacer alguna otra obra en la iglesia. Es algo que pasó también con la tumba del obispo Teodomiro, del que sólo se sabía por la tradición oral. Hasta que en unas excavaciones que se realizaron en la nave central de la Catedral de Santiago apareció la lápida de Teodomiro en medio de unos escombros. En el caso de Xelmírez hay que tener en cuenta que fue un hombre muy poderoso, que hizo muchos amigos, pero también enemigos. Es posible que después de su muerte se hiciese pedazos la lápida con su nombre y se utilizase para escombros.

-Durante la investigación que realizaron estudiaron los documentos del antiguo monasterio y se encontraron con otra alusión muy llamativa.

-Sí, un documento de compraventa de unas personas de Bueu y que estaban relacionadas con el monasterio de Ermelo. En ese documento aparece entre los testigos un tal "Macías, juglar" (Mascia, iograr, en el original), lo que parece apuntar al que se conoce popularmente como "Macías, o namorado". De alguna forma bastante ligera y sin tener mayores datos se han atrevido a decir que este juglar era de Padrón... ¡Habría que verlo! La única vez que se cita a un Macías juglar en Galicia es en este documento del monasterio de Ermelo y relacionado con una compraventa en Bueu.

-Poder confirmar esa hipótesis sería una auténtica revolución. El documento del que habla está fechado en abril de 1268 y la cronología oficial sitúa a Macías entre 1340 y 1380, aproximadamente.

-¡Todo eso son conjeturas! Toda esa historia viene de un libro en el que se compendiaban las canciones de los juglares de la época y de una copia que se hizo en Italia, ni siquiera son originales. No hay nada concluyente y la única cita sobre Macías juglar es la de Bueu.

-La conclusión de todo esto es que la historia del monasterio de Ermelo vincula a Bueu con una serie de personajes realmente importantes en la historia de Galicia.

-Bueu tiene todo el derecho y legitimidad a reclamar la figura de Macías y a dedicarle plazas, calles o estatuas. Y lo mismo con Xelmírez porque nadie puede quitarle el mérito de tener en Ermelo la única inscripción epigráfica del arzobispo. Y Xelmírez promocionó de alguna manera a Bueu y lo puso en la historia con la reedificación de la iglesia de Ermelo.