Las últimas obras de remodelación del espacio portuario de Cangas han afectado al aparcamiento del muelle, que antes estaba reservado para el Náutico, y que desde entonces pasó a ser de uso público. Los vehículos estacionan en batería, pero la falta de espacio en la calle que rodea la isla de las zonas de aparcamiento, hace que los coches tengan que circular por encima de la acera, con el consiguiente peligro para los peatones, y también con la consecuencia de los daños que se ocasionan en el patrimonio público. Las baldosas de la acera se han ido rompiendo con el paso del último año, sin que se vislumbre una solución a esta falta de espacio.

Los vehículos aparcan frente a frente, en una doble batería , que lo que ha hecho es restar mucho espacio a las calles de circulación. Este problema también ocasiona que los vehículos que circulen provoquen rayazos en los coches estacionados o que, por falta de espacio para maniobrar se ocasionen daños con los bolardos en el acabado metálico o en los faros.

No es extraño tampoco ver a vehículos estacionados encima de la acera y en más de una ocasión algún coche quedó encerrado sin poder salir del estacionamiento porque las salidas estaban taponadas.

No hay que olvidar que por esta zona, en su parte más próxima al mar, discurre el carril bici, que también restó anchura a la zona de estacionamiento inicial, aunque humanizó el espacio portuario.