La búsqueda de restos humanos en la playa de Portomaior, en Bueu, concluyó ayer por la mañana sin éxito. Los investigadores buscaban el cráneo del esqueleto encontrado de manera casual el lunes en este arenal y tras excavar en la zona durante cerca de dos horas los trabajos se dieron por concluidos sin encontrar nada.

La tarea estuvo dirigida por miembros de la Policía Judicial y contó con la colaboración de la Brigada de Obras del ayuntamiento, que se encargó de excavar el lugar. Poco antes de las once de la mañana se dieron por acabadas las labores e incluso se retiró el cordón policial. Sin embargo, durante la madrugada la Guardia Civil identificó a dos personas, una de ellas menor de edad, que estaban merodeando por la zona y que tendrán que acudir a declarar delante de la juez por su comportamiento.

El foco de las investigaciones se traslada ahora a la Unidad de Antropología Forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga), en Verín. Allí el esqueleto será sometido a un minucioso examen y a una autopsia para intentar aclarar cinco puntos clave: identificar el cuerpo, averiguar si es una muerte violenta o natural, poner fecha al fallecimiento, la causa exacta de la muerte y las circunstancias que la rodean. El trabajo será largo y puede durar varios meses. De hecho, en estos momentos los forenses aún no pueden trabajar directamente sobre los huesos. Estos están todavía húmedos y son especialmente frágiles, por lo que necesitan unas dos semanas para secarse y poder trabajar sobre ellos. De los restos hallados se podrá sacar ADN para intentar la identificación, pero cosa distinta es que ese ADN forme parte de las bases de personas desaparecidas y que pueda identificarse realmente.

Las circunstancias que rodean este suceso siguen rodeadas de misterio. Todo parece indicar que el cuerpo llevaba un mínimo de cinco años en la zona y es una incógnita cómo llegó hasta allí. Las sospechas apuntan a que fue depositado por terceras personas y que aparentaba estar encogido, pero es una hipótesis aún a confirmar. Lo que sí está claro es que el lugar no ayudó a su conservación. Estos días entre los curiosos se escuchaban comentarios como que "la salitre ayuda a conservarlo". Pero según expertos forenses esa creencia no se ajusta a la realidad. Y es que no es lo mismo un cuerpo que cae en el mar, donde la salinidad y las temperaturas ayudan a que un cadáver pueda aparecer relativamente bien conservado, que otro enterrado en la arena, explican. La diferencia es la humedad, que no es la misma y que provoca una descomposición mucho más rápida. Tanto que un cadáver enterrado en la arena puede quedar esqueletizado en apenas un año.

Si las investigaciones confirman que los restos humanos fueron depositados en la duna de Portomaior a propósito queda por determinar por qué no está el cráneo. Las hipótesis más plausibles son dos: fue enterrado sin cabeza o bien en algún momento fue arrastrada por el mar.

Vecinos de Bueu recordaban también ayer que durante la Guerra Civil la playa de Portomaior fue uno de los lugares escogidos para enterrar y ocultar a los represaliados. Pero esos enterramientos se producían en el otro extremo del arenal y, en todo caso, los investigadores creen que los restos hallados son mucho más recientes ya que no tendrían más de 20 años.