Moaña recibe con todos los honores a su nuevo párroco

José Luis Muñiz tomó posesión de las parroquias del Carmen y Tirán con una misa multitudinaria

El nuevo párroco, José Luis Muñiz (primero izda.) durante la misa en el Carmen.  // C.G.

El nuevo párroco, José Luis Muñiz (primero izda.) durante la misa en el Carmen. // C.G.

CRISTINA G. | MOAÑA

"Nos lo vamos a pasar bien, quiero que la gente se ría, tenga ilusión y esperanza". Así se presentó ayer el nuevo párroco de Moaña y de Tirán, el pontevedrés José Luis Muñiz, a sus feligreses en la ceremonia religiosa que tuvo lugar en la iglesia del Carmen, a las 19.00 horas, y que llenó el templo en lo que fue la toma de posesión del nuevo párroco. Feligreses también de las parroquias de donde procede el cura también acudieron a la ceremonia en la que el vicario de Pontevedra, Vicente Cobo, se encargó de presentarle, acompañado también por el que fue durante los últimos años titular de esta parroquia, Manuel Rey, que pidió un relevo aunque seguirá al lado de su sustituto, en la parroquia pero ya en un segundo plano.

En la ceremonia participaron una docena de sacerdotes procedentes de las parroquias de O Morrazo y de O Salnés. Hay que recordar que José Luis Muñiz llega procedente de Meis y Ribadumia en donde se encargaba de las parroquias de San Salvador y San Martiño, en el primero de los municipios; y de Sisán y Barrantes, en el segundo. Con anterioridad también ejerció en varias localidades de Andalucía, hasta su retorno a Galicia. En la comarca de o Salnés permaneció los últimos 19 años.

Moaña recibe con todos los honores a su nuevo párroco

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Respecto a sus nuevas parroquias en Moaña, asegura que no tiene un prejuicio, dice que le gusta conocer a él, con el día a día, estando con las personas y realizar, así, sus propios juicios. No le falta humor y ayer llegó dispuesto a realizar una ceremonia "para pasárnoslo bien. Quiero que la gente se ría, tenga ilusión y esperanza. Es lo que la gente tiene que encontrar en la iglesia".

Fiel a una manera de ser peculiar y al preguntarle sobre su primer día en Moaña, no dudó en bromear y comparar la jornada de ayer con una "luna de miel. Luego ya veremos". Lo que sí añadió es que ya se sentía como de casa.

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