Un hombre apunto de tirarse al vacío desde la última planta de un edificio ubicado en la calle Félix Ozamiz hizo saltar ayer todas las alarmas, incluso hubo quien llamó al grupo de emergencias municipal para que interviniera. Así se pudo comprobar que no se trataba de un individuo, sino de una escultura realizada por el artista de Coiro Enrique Prado que representa precisamente a un hombre con las intenciones de saltar. Era lo que se pretendía: llamar la atención sobre el problema de los desahucios que están empujando a muchas personas a arrojar su vida por el balcón de sus casas embargadas.

La obra fue encargada a Enrique Prado por un joven de algo más de treinta años que, de momento, quiere permanecer en el anonimato. Es una persona muy relacionada con el arte, que conoció a Enrique Prado en una exposición en Cangas y aprovechó para hacerle este encargo, que supuso unos tres meses de trabajo. Este mecenas sensibilizado con el problema de los desahucios está implicado en esta lucha, aunque él no vive esta tragedia de forma directa. Pero según el autor de la obra, su intención era de demostrar que el arte sirve también para protestar, para movilizarse, para ser conscientes de los problemas de una sociedad donde se desprecia a la cultura y donde se piensa que el arte es banal. Según Enrique Prado, la idea de la escultura fue sugerida por su comprador. Dice que fue fácil llegar a un entendimiento. "Él es un hombre ligado al arte que ya me tiene comprado piezas. A él le interesaba dejar constancia de su preocupación por lo que está sucediendo y mí no me venía mal divulgar mi obra, así que no fue difícil llegar a un acuerdo en el precio. La estatua está hecha con resina reforzada con fibra de vidrio. Su aspecto, desde lejos, invita a la confusión con la realidad y no es de extrañar que hubiera llamadas de alerta. El objetivo, que el arte fuese capaz de llamar la atención sobre un problema social está conseguido.