La familia de una mujer de 71 años de edad, vecina de Cangas, que murió el martes en el servicio de urgencias del centro hospitalario Povisa, en Vigo, denuncia que el médico de urgencias del Punto de Atención Continuada (PAC) de Cangas que la atendió no pudo realizar la prueba diagnóstica de un electrocardiograma porque se encontraba estropeado. La anciana C.O, natural de Vilanova, fue trasladada el martes por la tarde en ambulancia desde su casa hasta el PAC de Cangas, afectada por una cardiopatía.

La familia afirma que el médico que la atención la remitió directamente a Povisa porque no podía hacerle el electrocardiograma, al encontrarse estropeado el aparato. En el servicio de ambulancia del 061 no se registra en el traslado ninguna incidencia con la enferma, aunque poco después de ingresar en Povisa fallecía.

El Sergas señala que, efectivamente, en la tarde del martes, un aparato que se utiliza para realizar electrocardiogramas se estropeó, pero apunta que en el PAC de Cangas tienen tres aparatos de este tipo, dos fijos y uno portátil, por lo que si falló uno se podía utilizar cualquiera de los otros dos. Se insiste, también, en que se trata de una prueba diagnóstica y que a lo mejor el médico consideró que era mucho más rápido y eficaz remitir a la paciente directamente al hospital clínico de Povisa, dado su historial clínico.

La familia de la fallecida se encontraba bastante alterada por todo lo que había sucedido en el PAC de Cangas, aunque no responsabilizaba directamente de la muerte de C.O. al hecho de que no se le hubiese efectuado la prueba diagnóstica del electrocardiograma. Es aquí en el carácter de la prueba, diagnóstica, en lo que insiste el Sergas, que otra cosa sería que un desfribilador no funcionara y que como consecuencia de eso no se pudiera auxiliar a la mujer.