Los ciudadanos de Cangas depositaron el año pasado 3.380 kilos de aceite doméstico usado en los cuatro contenedores instalados por la empresa División Verde-Procesadora Gallega de Alimentos y que fueron a parar a una planta de transformación en biocombustible. El reciclaje impidió que ese aceite fuera vertido en las tuberías de saneamiento y acabara provocando más problemas en la depuradora de Balea de los que ya tiene, además de contaminar más de 2,5 millones de litros de agua, en estimaciones de la firma gestora. Aunque no hay estadísticas previas, los datos evidencian "una creciente sensibilización social" sobre este asunto, según el concejal de Medio Ambiente de Cangas, Jesús Graña, que ha anunciado la instalación a corto plazo de otros cinco contenedores repartidos por todo el territorio municipal, con el objetivo de duplicar este año el volumen de aceite recogido.

Tres de los recipientes actuales están ubicados en pleno casco urbano, donde la densidad de población y consumo es mayor (en la Avenida de Ourense, en Rodeira; en la Avenida de Bueu, detrás de la gasolinera; y en la Avenida de Vigo, junto al cruce con la calle Moaña), y el cuarto se instaló junto a la Casa do Mar de Aldán. Graña ha acordado con la empresa ampliar la red con otros puntos de recogida en el entorno de la Alameda Vella, junto al resto de contenedores de recogida selectiva; en el entorno de la Avenida de Marín; en la Avenida de Galicia, cerca del edificio de los Juzgados, y en la zona de los campos kenyata, en Rodeira, ya que son los núcleos más poblados y, en consecuencia, con mayor producción. El quinto recipiente de esta tanda se colocará en Vilariño, y el gobierno local extenderá el sistema a medida que aumente la demanda social.

Los contenedores de División Verde (que no cobra ni paga al Concello por el servicio) están destinados únicamente a la recogida de aceites domésticos usados y no para los establecimientos comerciales, de hostelería y supermercados, obligados a pagar sus propios gestores, aunque en la práctica no siempre ocurre así. También se han puesto en práctica otras experiencias de reciclaje en colegios (es el caso de O Hío, promovido por el propio centro y destinado a hacer biocombustible) que buscan sensibilizar a los ciudadanos desde la infancia e instarlos a que "eduquen" a sus mayores en estas prácticas de recuperación de un residuo altamente contaminante. Los técnicos inciden en que un litro de este líquido puede contaminar en torno a mil litros de agua y afectar a los sistemas de depuración.

Beneficios económicos

El reciclaje evita efectos negativos en el medio ambiente, al tiempo que genera un beneficio económico por la producción de cosméticos y biodiésel, un biocombustible líquido que minimiza las afecciones ambientales con respecto al combustible fósil, como el petróleo. Además se trata de un biocombustible de segunda generación, es decir, que no consume recursos alimentarios en su fabricación. El aceite doméstico que no se recoge selectivamente se desecha en el vertedero o se vierte en el fregadero con la contaminación y problemas en las redes de saneamiento que de ello se derivan», insiste el responsable municipal de Medio Ambiente.