Aviso para navegantes. La Viuda es la última y única taberna en sentido puro que existe en Bueu y en kilómetros a la redonda. ¿Qué significa eso? Muy sencillo: "Aquí non hai televisión. Non hai café. Non servimos en vaso de tubo e non temos Aquarius". Claro y fácil. La Viuda cumple el miércoles 12 de diciembre de 2012 sus primeros cien años de vida y está dispuesta a celebrar una fecha a la que no llega cualquiera. Los actuales propietarios, Paco Barreiro y Puri Graña, son la tercera generación de una saga familiar y pese a las dificultades están dispuestos a seguir "contra vento e marea".

La imagen de La Viuda en su actual emplazamiento en la avenida Montero Ríos forma parte de la memoria colectiva de Bueu, pero no fue su primera sede. El negocio fue fundado en 1912 por el matrimonio formado por Antonio Barreiro y Rosa Rúa en las actuales galerías comerciales situadas frente a la plaza de abastos, donde hoy está el bar Nuncia. Fue en 1918 cuando se trasladaron al local actual, un cambio que Antonio no pudo ver porque falleció poco antes a causa de la conocida como gripe española. "A taberna xa estaba preparada e quedoulle o nome porque a miña avoa xa lle chamaban A Viuda", explica Paco.

La buena mujer se quedó al frente del negocio familiar con siete hijos a su cargo, unos chicos y chicas que desde pequeños ayudaban a su madre en la taberna. "Aquí viñan moitas tripulacións a facer caldeiradas, pero tripulacións de máis de 30 homes, non como as de agora, e podían vir a calquera hora", recuerdan Paco y su mujer. El negocio también fue creciendo porque en 1932 Rosa montó en la parte de atrás una fábrica de gaseosas y la factoría se mantuvo abierta hasta 1975, cuando la compró Feijóo. La matriarca falleció a principios de la década de 1950, a los 60 años y manteniéndose al frente del barco.

Los encargados de recoger su relevo fueron Luis e Isabel, que siguieron con la tradición familiar y mantuvieron la esencia de una taberna. "O único cambio importante durante todo este tempo é que pasou de ser un local de mariñeiros a un sitio para todos", explican Paco y Puri. Entre esa clientela destacan muchos nombres ilustres, como José María Castroviejo, Álvaro Cunqueiro, Urbano Lugrís o Torrente Ballester, cuya primera mujer era amiga íntima de Isabel. Aún hoy en día sigue siendo un lugar de paso obligado para muchos de los personajes ilustres que se dejan caer por Bueu: el conocido corresponsal en el Vaticano Antonio Pelayo, Josele Santiago o Emma Suárez. Uno de sus clientes asiduos es el pintor José María Barreiro, tan habitual que "aquí temos a maior colección de 'Barreiros', unha colección só superada pola que ten el na súa casa", cuenta Paco entre risas y delante del propio artista afincado en Cela.

Los últimos representantes de la segunda generación fueron Luis e Isabel, fallecidos ambos en 2003 y con más de 90 años. "El en agosto e ela en novembro. Todos os irmáns, salvo o meu pai, quedaron solteiros e Luis dicía con moita sorna que tal cousa non lle ía volver a pasar", recuerda Paco. Los dos hermanos se mantuvieron activos hasta el último día, mandando y ordenando. De hecho la celebración del centenario tiene truco: "Abriu en 1912 pero non sabemos o día exacto. Escollemos o día doce do mes doce porque era o cumpreanos de Luis", revelan.

Uno de los secretos para la supervivencia del negocio y mantener una clientela tan fiel es el trato. "Aquí sempre se tratou moi ben a xente. As tapas que poñemos sempre se fixeron aquí, como o peixe frito, a tortilla ou as empanadas", asienten orgullosos Paco y Puri, que recuerdan a una persona muy especial. "A señora Rosa Patiño 'A Nona', que traballou aquí como cociñeira máis de corenta anos".

Paco y Puri son los representantes de la tercera generación, aunque no 'está garantizada una cuarta. "As fillas teñen a súa profesión e as cousas están bastante mal. Aquí mirase a crise pola tarde e pola noite, cando isto parece un deserto", reflexiona Paco. Pero a pesar de todo están dispuestos a continuar la marea y seguir recibiendo con los brazos abiertos a su clientela, unos clientes tan fieles que hasta tienen un perfil un Facebook y periodicamente organizan una buena caldeirada.

Por cierto, si usted alguna vez va a La Viuda debe tener en cuenta su horario de apertura. Es muy sencillo: "Abrimos cando chegamos, pechamos cando nos vamos; si veñen e non nos atopan é porque non coincidimos".