El entorno de Balea volvió a convertirse en una escuela natural donde el mundo de los pájaros fue el protagonista de la clase. Como ya es tradición, la asociación Anduriña ofreció una actividad didáctica, coincidiendo con el día mundial de las aves, para que asistentes de todas las edades pudiesen observar de cerca las particularidades de las especies que habitan en Cangas. Después de una noche de lluvia, el sol regresó para acompañar esta oferta de carácter educativo, en la que se reunieron cerca de 300 personas.

Las preguntas no faltaron a esta particular cita, donde grandes y pequeños intercambiaron conocimientos. El organizador, Antonio Fernández Cordeiro, destacó la variedad de especies que lograron capturar este año, así como la participación de asistentes, que fue todo un récord. Mientras algunos asistentes disfrutaban de las vistas de los telescopios, ubicados en zonas diferentes para poder observar distintos tipos de aves, otros atendían a las explicaciones de los expertos, que dieron detalle sobre cómo se desarrolla la vida de varios ejemplares.

Además, se procedió al anillado de una cuarentena de especies, que fueron capturadas durante unos minutos para examinarlas rigurosamente y proceder a su identificación. "É un proceso que facemos sempre e sirve para coñecer máis detalles sobre os paxaros, como os anos de vida, se se moven da zona ou non e outros puntos da bioloxía", destaca. También se recogen muestras de algunos parásitos de las aves, que son extraidas para trasladarlas hasta la facultad de Veterinaria de Lugo. "Este ano collemos unha mosca parásita", comenta el director de la actividad mientras muestra a sus alumnos por un día un pequeño frasco con el insecto.

Después de varias horas de actividad y coincidiendo con la clausura, el colectivo logró capturar un martín pescador, una especie clásica dentro de la actividad que suele despertar la atención de la mayoría de los participantes gracias al colorido de su plumaje. "Todos os anos atrapamos un cando estamos rematando, é moi curioso", destaca un asistente fiel a la cita. Casi todos los pequeños llevaron una cámara de fotos para poder inmortalizar el momento y hacer una particular colección con los datos clave de las aves de Balea. "Así cuando venga de paseo con mis padres puedo reconocer a los pájaros", explica un pequeño.