Gaspar Santos Pereira es el nieto de Enrique Pereira Castro, el patrón del "San Fausto" y que murió el 27 de agosto de 1938 durante el fuego cruzado entre el "José Luis Díez", un barco de la República, y el destructor sublevado "Canarias". En aquel suceso murieron 24 gallegos, muchos de O Morrazo. Al igual que su abuelo él también buscó fortuna en Cádiz, a donde se fue en enero de 1962 con 16 años recién cumplidos. Los lazos con Bueu son sólidos y fuertes a pesar de la distancia y del tiempo transcurrido. Son los amigos de su época en la escuela del Pirigallo los que están asumiendo la organización de los actos del 9 de noviembre.

-¿Cómo se siente ante la próxima presentación en su Bueu natal del libro "Soltando amarras"?

-Para mí es ilusionante. He hablado también con Pedro Castilla [autor de la novela], con el historiador José Regueira y con los dos patrones de Marín, Vicente y Antonio Otero Pérez y están también encantados. La presentación en Bueu es algo que les propuse yo porque creo que mi abuelo y la familia se merecían ese detalle. Para nuestra familia es algo emocionante porque aquellos hechos nos marcaron y conocer la verdad de lo que realmente sucedió fue impactante. Lo que queremos es que ahora todo el mundo sepa la auténtica verdad de lo que pasó en Gibraltar.

-¿Qué documentación lograron reunir y dónde la hallaron?

-En la comandancia de Vigo logramos documentación sobre los pesqueros [fabricados en madera por Barreras]. Mi madre tenía también documentos importantes porque en la década de 1980 gestionó para su hermana monja una pensión y dio con una buena persona que consiguió en Madrid el parte de guerra del "José Luis Díez". Y finalmente logramos el diario de un tripulante gallego del barco de guerra en la que cuenta todo lo que sucedió y decía: "Esta pobre gente tuvo la desgracia de encontrarse con nosotros". Nosotros contrastamos ese diario con el parte de guerra y coincide todo. Mi madre también tenía unos papeles de 1943 en los que se le concedía a mi abuela una pensión, pero que nunca se llegó a cobrar.

-¿Cómo se planteó la posibilidad de escribir la novela "Soltando amarras"?

-Cuando se descubrieron estos hechos se celebró una ponencia de historiadores en Jimena de la Frontera (Cádiz). Pedro Castilla, que es consuegro de uno de los patrones de Marín, Vicente Otero Pérez, vino a aquel acto y se quedó impactado por los hechos. Al volver nos dijo que quería escribir un libro sobre mi abuelo, pero que tenía que llenarlo con nuestras vidas y experiencias. Lo único que pidió es que necesitaba un año antes de empezar a escribir y así fue.

-¿Qué supone para ustedes la publicación de la novela y que se diese a conocer la verdad de lo que realmente sucedió?

-Nosotros estamos encantados. Yo intento aprovechar todas las oportunidades para divulgar esa historia porque los familiares sufrieron mucho y en mi casa, por ejemplo, era un tema tabú. Fueron tratados como maleantes y se lanzaron muchas calumnias, como la frase esa de que "se os mataron por algo sería". Por eso es importante para todos nosotros que esto se aclare. Además, por otro lado de la pesca en Cádiz se perdió y me daría pena que no se divulgase.

-¿Cómo afectó aquella tragedia a las familias de los 24 gallegos fallecidos?

-Le puedo decir que mi abuela se quedó viuda con 35 años con cuatro hijos y jamás se quitó el luto. Mire, esa mujer murió en mi casa con 82 años y yo la conocí toda la vida de luto, jamás la vi sonreír. Ella quedó marcada para siempre, igual que mi madre. Está también la señora Isabel, que vive en O Hío, y que perdió a su padre y a su hermano [Agustín González Menduiña y Agustín González Guimeráns] y que me decía que su madre se murió de la tristeza.

-¿Qué supuso la presentación de la novela en Cádiz?

-Fue impresionante y con una amplia respuesta de la comunidad gallega. El acto se celebró en el auditorio del colegio de los Salesianos y había más de 300 gallegos. ¡En mi vida vi tantos gallegos juntos en Cádiz! La gente se emocionó mucho con la historia, con la música de las gaitas y hasta con "Don Albariño" [risas].

-¿Espera algo parecido en Bueu?

-Sí. Van a estar muchos familiares y será muy emotivo. Habrá gente a la que se le escape alguna lagrimita.