La conservera Lago Paganini retomará su producción a corto plazo en una nave de la empresa "Sancomar S.L." en la zona industrial de A Portela, con la que ha llegado a un acuerdo de arrendamiento con opción de compra. Sin más demora, ha iniciado los trámites administrativos para declararla fuera de ordenación, que el Concello ya reconoció ayer, lo que le permitirá empezar ya con obras de reforma y acondicionamiento que no impliquen incremento del volumen. En una intensa jornada de gestiones en las que el alcalde Sotelo participó activamente, la Xunta comprometió ayudas para dotar a la nave de la red de saneamiento, mientras la plantilla, cerca de un centenar de trabajadores, se reunía en asamblea en el salón de plenos para analizar la nueva situación, que obliga a un expediente de regulación de empleo (ERE). Las partes confían en acelerar al máximo el procedimiento y poder retomar el proceso de fabricación en primavera.

La conocida como "nave de Santana" (en alusión a su propietario, Casiano Santana Ruibal, que en su día la compró en sociedad con Manuel Lago) está ubicada junto a la rotonda de San Cosme, en una finca de casi 4.200 metros. Tiene una superficie en planta de 1.220 metros y el total construido es de 2.665, divididos en tres plantas (semisótano, baja y primera). Se construyó con licencia de obra y su destino es la fabricación de conservas y otros productos elaborados, aunque no llegó a recibir licencia de actividad. En el contrato de arrendamiento con opción de compra, "Conservas y elaborados Sancomar" delega expresamente en "Conservas Lago Paganini" las actuaciones urbanísticas y jurídicas necesarias para adaptar la nave y los demás bienes a la ley.

El resquicio legal para hacerlo es la disposición transitoria tercera de la Ley 2/2010 de medidas urgentes que modifica la Lei do Solo para dar cobertura legal a edificaciones sin licencia. Una medida que se adoptó en su día para legalizar naves agrícolas y ganaderas de municipios del interior de Galicia y a la que se acogen ahora los conserveros. El Concello de Cangas ha puesto el resto aprobando en tiempo récord la declaración de la nave de A Portela en situación de fuera de ordenación, requisito emprenscindible para realizar obras e iniciar la actividad. Además, la Consellería de Medio Ambiente "no pondrá trabas" a este trámite y ayudará administrativa y económicamente a dotarla de servicios básicos.

La elección de la nave de A Portela aparca definitivamente las negociaciones para trasladar la actividad de Lago Paganini a las instalaciones de Cruzmar, en Moaña, que se descartó por las diferencias económicas y las complicaciones legales de la operación. Todas las partes consultadas mostraban ayer su satisfacción por que el proceso de producción continue en Cangas y se eviten problemas como los desplazamientos diarios a la comarca de O Salnés, donde se asientan otras fábricas que fueron barajadas desde que un incendio destruyó la de Ojea, durante la madrugada del domingo día 18.

Comité de empresa

La plantilla de la conservera celebró ayer a mediodía una asamblea en el salón de plenos del Concello para analizar la situación. La mayoría de las trabajadoras tenía asumido que no sería posible regresar a la actividad el próximo 9 de enero y daban por hecho el ERE temporal. El comité de empresa apunta que en principio se baraja que esa situación dure entre cuatro y cinco meses, aunque la representación sindical era muy prudente a la hora de hablar de la nueva ubicación. "Si finalmente es la nave de A Portela para nosotros sería genial, sobre todo después de que se hablase de las opciones de Vilagarcía o Cambados y porque es una solución a largo plazo y de futuro", reconocen.

La alternativa del ERE temporal fue formulada por la propia plantilla en la asamblea celebrada justo después del incendio de la madrugada del 18 de diciembre. Esta opción permite por un lado que el personal siga vinculado a la empresa y, por el otro, que puede cobrar el paro mientras dure la inactividad. La otra cara de la moneda es que eso significa consumir parte de lo cotizado hasta la fecha y que cobrarán alrededor del 70% del salario bruto. "La gente ya estaba mentalizada, es algo que se veía venir", admiten desde el comité.