La obra de Urbano Lugrís ya descansa en los almacenes del Museo Massó. El alcalde de Bueu, Félix Juncal, y la directora del centro cultural, Covadonga López de Prado, firmaron esta semana el acta provisional que permite la cesión de los bocetos del conocido artista gallego para que el Museo Massó se ocupe de su conservación y posible tratamiento. Tras la firma, en la que también estuvo presente el edil de Cultura, Andrés Lamosa, se procedió al traslado de los 17 bocetos que hasta el momento estaban expuestos en el salón de plenos del concello.

El acta provisional es el primer paso para que las obras puedan permanecer cedidas en el Museo Massó. Ahora la directora del Museo debe emitir un informe y el concello cursar una petición a la Xunta de Galicia, que en caso de aceptar, enviará un contrato tipo. “Non soe haber ningún tipo de problema”, apunta Lamosa. El concello continuará teniendo la titularidad de los bocetos y podrá recuperarlos en el momento en que lo considere preciso.

El Museo Massó se encargará de extraer los dibujos de los marcos y de comprobar si precisan de algún tipo de tratamiento. En una primera inspección visual quedó patente el buen estado general de las obras, aunque alguno de ellos está deteriorado. La intención inicial no es la de exponerlos a corto plazo, sino la de preservarlos en un lugar adecuado a salvo de la luz para facilitar su conservación. Será una vez tengan este descanso cuando el propio Museo Massó pueda exponerlos directamente o bien cederlos en muestras temporales de otros centros.

Reproducciones

Uno de los compromisos que asume el Museo Massó es el de costear unas reproducciones en facsímil de estos dibujos para que sean expuestas en el salón de plenos. Se prevé que en el plazo de dos o tres semanas puedan estar listas para retornarlas al lugar en el que han estado visibles durante más de una década.

Los 17 bocetos de Lugrís están datados en 1948 y representan bosquejos para los motivos escultóricos que adornan el exterior de la Capela de Santos Reis. En su mayoría están elaborados en lápiz grafito sobre papel. Permanecían en las dependencias municipales pero se desconocía su existencia y fueron descubiertos a finales de la década de los noventa. El valor estimado de la serie asciende a los 51.000 euros.