Felipe busca familia

El Concello de Moaña mantiene desde hace una semana a un burro al que ha bautizado con el nombre de Felipe y para el que busca una familia. Se trata de un animal que ha protagonizado un pequeño milagro navideño, salvándose in extremis. Y es que la Policía Local lo encontró en la carretera que sube a Chan da Arquiña con claros síntomas de haber sido envenenado. Los agentes barajan que el animal haya sido abandonado por su dueño, ante su mal estado. No descartan que sufriera el mismo problema que los perros que han aparecido muertos por envenenamiento en los montes de Domaio.

El asno, un típico burro fariñeiro gallego, se encontraba en muy malas condiciones, de pie pero inmóvil y echaba espuma por la boca. Los servicios de Medio Ambiente del Concello se disponían a sacrificarlo pero un veterinario que consultaron les pidió que esperasen un par de días para ver si se recuperaba de su intoxicación. El lunes Felipe -aunque una confusión inicial sobre su sexo hizo que en un principio le llamasen Sofía- ya se encontraba en perfectas condiciones, y desde entonces el personal municipal lo mantiene en los terrenos del antiguo vertedero de A Fraga, en donde come y bebe con normalidad y disfruta de unas privilegiadas vistas.

Lo alimentan con una dieta a base de trigo y hierba, mientras el departamento de Medio Ambiente está buscando a alguien que se quiera hacer cargo del animal, “ou que apareza o seu dono se o burro lle escapou”, explica el concejal Daniel Rodas. Si en unos días nadie acoge a Felipe lo entregarán a alguna de las asociaciones que se encargan de recuperar el burro “fariñeiro” en Galicia, “aínda que todas están fóra da comarca, e sería unha pena, dado que o número de burros en Moaña reducíuse moito nos últimos anos”, explica Rodas. Se trata de un animal de color gris, adulto y con un metro de envergadura. Desde el Concello apelan al espíritu navideño para que algún vecino con terreno suficiente asuma el cuidado de Felipe.

Otros casos

La aparición de este burro abandonado no es, ni mucho menos, un caso aislado en la comarca. En el mes de abril, por ejemplo, un asno apareció desorientado en Darbo y la Policía Local tuvo que hacerse cargo del mismo. No en vano, más allá de los daños causados a los propios animales abandonados, estas situaciones pueden entrañar un claro peligro para el tráfico provocando accidentes de circulación. Por eso los agentes atienden a las llamadas de alerta para apartar de las carreteras a los animales de gran tamaño.