Benito Pastoriza Fariña será enterrado en Bueu 67 años después de su fallecimiento. Este vecino, natural de la parroquia de Cela y marinero de profesión, fue uno de los muchos represaliados del bando republicano durante la Guerra Civil y falleció en junio de 1943 en la prisión del Fuerte de San Cristóbal, que se alza sobre el monte Ezkaba, en Navarra. Sus restos fueron hallados en las excavaciones realizadas durante los últimos años por varias asociaciones en el antiguo cementerio anexo al presidio. Ahora serán enterrado en el cementerio parroquial de Cela, en un acto que se celebrará el sábado a las 17.00 horas. Antes, la familia y la Asociación Amigos de Johán Carballeira organizarán a partir de las 12.00 horas un velatorio en las instalaciones del centro sociocultural de Cela.

Benito Pastoriza Fariña fue detenido el 2 de diciembre de 1936 y en el Libro del Calabozo del ayuntamiento de Bueu consta su ingreso. Al igual que más vecinos de la localidad fue apresado y juzgado por intentar acudir el 20 de julio de 1936 a un acto en defensa del gobierno de la República que se celebraba en Pontevedra. Permaneció en el calabozo municipal hasta el 16 de diciembre, cuando fue trasladado a la isla de San Simón. El día 29 de ese mes fue juzgado por un Consejo de Guerra junto a otros 18 vecinos de Bueu, entre ellos el propio alcalde Johán Carballeira. Todos fueron condenados a muerte, pero a la mayoría de ellos esa pena les fue conmutada en abril de 1937 por otra de cadena perpetua tras una alegación ante el Tribunal de Valladolid. Ése no fue el caso de Carballeira, Manuel Graña Pouseu, Avelino Chapela Soliño y Manuel Chapela Couso, que fueron ejecutados ese mismo de abril.

En el momento de su detención Benito Pastoriza Fariña tenía 33 años de edad y tras ser condenado a cadena perpetua fue trasladado a la prisión del Fuerte de San Cristóbal, situada en el monte Ezkaba y situada a poco más de diez kilómetros de Pamplona. Allí ingresó el 15 de julio de 1937 y allí falleció enfermo casi seis años después, el 2 de junio de 1943. "Se sobrevivira un pouco máis quizais fose liberado pronto", explica Xosé Novas, de la Asociación Amigos de Johán Carballeira. En esa época y con la guerra ya concluida, el régimen comenzó a conmutar las penas y a liberar a muchos presos, aunque los mantenía sometidos a un férreo control.

El Fuerte de San Cristóbal fue construido durante el reinado de Alfonso XII como fortaleza militar, pero en realidad con el tiempo su único uso fue el de presidio. Por allí pasaron miles de presos republicanos y fue escenario de la mayor fuga carcelaria en España: el 22 de mayo de 1938 un total de 795 presos lograron huir de sus muros para intentar llegar a Francia. Muy pocos lo consiguieron, parece que solo tres. 585 de ellos fueron capturados o se acabaron entregando, 207 fueron muertos a tiros y catorce de los 17 promotores de la fuga fueron fusilados en público el 8 de septiembre de ese mismo año en el centro de Pamplona. Benito Pastoriza Fariña no fue el único buenense que pasó por este penal, pero él no participó en aquel famoso intento de fuga y permaneció allí hasta su muerte. A diferencia de otros que fueron enterrados en cementerios de localidades cercanas, su cuerpo fue sepultado en el cementerio del penal.

Hace algunos años la Asociación Cultural Txinparta, la Sociedad de Estudios Aranzadi y la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra comenzaron con los trámites y las gestiones para lograr exhumar los cuerpos que fueron enterrados allí. Para ello se apoyaron en un detallado plano realizado por el cura de la penitenciaría, en el que se detallaba en que fila y en que nicho fue enterrado cada uno en función de la fecha del fallecimiento. Primero se realizaron una serie de catas en los extremos para comprobar la veracidad de los datos y cuando se comprobó que así era se comenzó la gran labor de exhumación de todos los cuerpos. El de Benito Pastoriza Fariña estaba en el nicho 52 de la tercera fila, que era la correspondiente a los muertos en 1943.

Cuando la Asociación Amigos de Johán Carballeira tuvo conocimiento de los trabajos de estos colectivos y que entre los fallecidos posiblemente había un vecino de Bueu —inicialmente había dudas si era de Cela en Bueu o Cela de Mos— se puso en contacto con la familia de Benito Pastoriza Fariña. Una de sus sobrinas autorizó los trabajos y el 20 de enero de 2007 solicitó que una vez hallados los restos fuesen trasladados a Galicia, una petición que fue contestada favorablemente un mes después por la Comandancia Militar de Navarra. Las labores fueron muy complicadas y durante uno de los inviernos llovió tanto que hubo que interrumpir los trabajos. Finalmente, tras 67 años de espera la familia de Benito Pastoriza recibirá los restos para poder enterrarlos en un nicho familiar en Cela.