El Montrove, 26 años después

El 19 de julio de 1984 el pesquero congelador gallego "Montrove", con una tripulación compuesta por 16 marineros, en su mayoría del Morrazo, desapareció cuando iba a faenar en aguas del Banco Canario Sahariano. Desde entonces nunca más se ha sabido lo que le ocurrió al barco y a su tripulación, un misterio con el que viven las familias de lo marineros. 26 años después, el nombre del patrón del Montrove, Manuel Cruz, volvía a salir ayer en un boletín oficial a raíz del expediente que ha abierto, a instancias de la familia, el Juzgado número 2 de Marín, para obtener la declaración de fallecimiento. "...se ausentó de su último domicilio en Ardán, Marín, no teniéndose noticias de él desde el 19.07.1984, enrolado en el buque Montrove ignorándose su paradero. Lo que se hace público para que los que tengan noticia de su existencia puedan ponerlo en conocimiento del juzgado y ser oídos".

Para la viuda del patrón, María Caballero, es volver a recordar una tragedía, pero es una expediente que ha tenido que iniciar para arreglar cuestiones familiares tras sufrir de nuevo la familia la pérdida de otro ser querido, como ha sido su hijo.

El Montrove había partido del puerto de Las Palmas aquel 19 de julio de 1984 para realizar una marea de dos meses en el banco Canario Sahariano para la pesca del pulpo. El 16 de julio el barco había descargado la anterior marea que realizó sin problemas. El último barco que vio al congelador fue otro pesquero gallego, el Borneira. Desde entonces nadie ha sabido qué pasó con el Montrove ni con sus 16 tripulantes. El hijo del armador del barco, Luis Paz, tuvo problemas familiares de última hora y no se enroló en el barco salvándose de aquel suceso que se comparó en su día a los que ocurrían en el "triángulo de las Bermudas".

Se barajaron tres hipótesis: la del secuestro por parte del Frente Polisario, que quedó descartada; que el barco estuviese realizando contrabando u otra operación ilegal por eso que no tuviera conectada la radiofonía o la del hundimiento sin dejar rastro. Es el misterio del Montrove.