A principios de la década del 1990 un grupo de aficcionados a los barcos tradicionales comenzó a buscar por toda la costa gallega una especie de rara avis en aquel momento: una lancha xeiteira, también conocida como de relinga por la vela que utilizaba. Esta embarcación fue durante siglos la más común y utilizada en los puertos de Galicia porque era muy robusta y apta para hacer frente a la marejada en mar abierto. Sin embargo, el creciente proceso de industrialización en la conserva y la salazón a partir del siglo XVIII y el peso de los criterios de rentabilidad económica provocaron su progresiva desaparición, dando paso a otro tipo de embarcaciones como la trainera o el barco de motor.

No obstante, después de muchas vueltas y preguntas el grupo de aficcionados antes citado –en el cual había miembros de la Asociación Os Galos de Bueu– consiguieron localizar una última lancha. Al parecer, alguien se acordaba de que en unas marismas situadas en Caldebarcos (en el municipio de Carnota) quedaba enterrada una lancha xeiteira. Y después de mucho trabajo fueron capaces de desenterrar a "Marina", la última embarcación original de este tipo que se conserva en Galicia. El barco se mantenía completo, pero en evidente mal estado. Pese a ello, se pudieron levantar los planos de su estructura y que facilitaron que en la Escuela de Carpintería de Ribera de Marín se realizase una réplica: la "Nueva Marina". ¿Y dónde está la original? En el único sitio posible: en los almacenes del Museo Massó de Bueu, donde fue depositada por la propia Xunta de Galicia a modo de depósito.

Desde entonces han sido muy pocos los que se han acordado de ella, pero todavía existe y la dirección del Museo Massó está dispuesta a concederle "un lugar de privilegio" en la futura ampliación. Con la mediación de Os Galos se puso en contacto con un carpintero y restaurador de embarcaciones tradicionales, el buenense José Feliciano Peixoto Martínez. Él se encargó de realizar un informe sobre el estado de "Marina", que no podría ser peor. "Si la movemos se nos rompe", resume la directora del museo, Covadonga López.

Por ello, la tarea inicial que se recomienda es una consolidación de su estructura para luego proceder a su rehabilitación. Un proceso que incluiría una profunda limpieza, un tratamiento para los clavos, la eliminación del alquitrán, el reclavado del banceado, la desinsectación y la recuperación formal de la lancha xeiteira. Todo este trabajo puede durar varios meses y está presupuestado en más de 50.000 euros. La dirección del museo ya remitió su propuesta a la Consellería de Cultura, con la esperanza de que esta actuación se incluya dentro de la programación para este año 2010. El tiempo apremia porque la embarcación no se puede quedar de manera indefinida en su actual emplazamiento. Está en una de las naves que será demolida con el proyecto de ampliación, por lo que todos los fondos de su interior deberán ser trasladados a otro lugar. Y habida cuenta del estado de "Marina", se hace necesario afrontar antes de nada su consolidación, para luego concluir la recuperación en otras instalaciones.

La historia de la lancha xeiteira está unida a la propia evolución de la pesca en Galicia y en especial a la captura de la sardina. Se cree que sus orígnes datan de finales de la Edad Media y principios de la Edad Moderna (siglo XV). En el libro "Guía de las embarcaciones tradicionales gallegas", de Jesús Blanco y editado en 2009 por Nigra Trea, el autor explica que "para generaciones de marineros fue un auténtico caballo de batalla contra el mar [...], constituía su medio de vida y también, para aquellos más experimentados, el fundamento de cierto prestigio marinero".

Una de las principales características de la xeiteira es su simetría y es conocida porque contaba con dos proas. Tenía fama de ser una embarcación segura y no sólo se utilizaba para la pesca. Los historiadores apuntan que también se empleo para el transporte de mercancías e incluso de pasajeros (por ejemplo entre Cangas y Vigo, como explica el propio Jesús Blanco en su libro). Sin embargo, las propias características de la lancha xeiteira la convertían en un barco pesado y de dificil adaptación a los cambios en la construcción naval. El hecho de que la xeiteira tuviese dos proas hacía también imposible que se le colocase un motor. Con el imparable desarrollo de la industria conservera y aplicando criterios de rentabilidad económica, comenzó a ser desplazada por la trainera, que en realidad era una embarcación importada del Cantábrico, pero mucho más ligera, rápida y manejable.

Pese a ello, su peso en esta actividad industrial es evidente y por ello desde el Museo Massó quieren recuperar y exponer a "Marina", último testimonio de aquella época, en la futura sala de barcos tradicionales para que los visitantes puedan comprender la evolución los medios con los que los marineros se hicieron a la mar para ganrse el sustento.