La Plataforma de Distribución del Mejillón Gallego (Pladimega) financia el coste de cuatro embarcaciones, con sus respectivos patrones y un vigilante jurado a bordo de cada una de ellas. Se trata de un servicio de vigilancia privada y nocturno puesto en marcha ayer con la intención de patrullar los polígonos bateeiros y frenar la escalada de violencia que está padeciendo el sector, representada ésta en los sabotajes registrados en diversas bateas de la zona de Arousa. De este modo, la central de ventas quiere desmarcarse completamente de cualquier acto de violencia, que vuelve a rechazar de manera rotunda.

La plataforma decidió comunicar la creación de este servicio privado de vigilancia a la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra, a cuyo titular, Delfín_Fernández Álvarez, reclama "que refuerce este control en las bateas y que intensifique la búsqueda de los autores de los actos vandálicos producidos".

Así se acordó en el transcurso de una reunión celebrada ayer con participación de representantes de algunas asociaciones integradas en Pladimega. Insistiendo una y otra vez en su "frontal oposición a la escalada de violencia", los portavoces de Pladimega dicen dar "un paso más" en su lucha contra los autores de los "actos vandálicos". Mientras estos se suceden en Arousa, en O Morrazo el sector, -también dividido entre los que están en Pladimega y los que venden por fuera-, viven una situación de "tranquilidad" tras la presión que sufrieron hace quince días con la presencia de piquetes masivos en los muelles. Un bateeiro de Domaio asegura que en la zona no se han dado sabotajes aunque se está trabajando poco "por los precios tan bajos. El lunes y el martes sólo se cargaron dos camiones para Italia. La gente está nerviosa porque la Navidad está encima y no hay ventas".

Respecto a Pladimega, el rechazo a los sabotajes "fue la postura única y unánime de la plataforma desde que el pasado 29 de octubre los medios de comunicación se hacían eco del primer sabotaje", en aquel caso cometido contra la batea de un miembro de la Asociación_de Mexilloeiros Virxe do Rosario (Vilaxoán). La central de ventas quiere resaltar públicamente que se convierte en "la primera asociación que toma medidas efectivas para luchar contra el vandalismo", advirtiendo de que los autores de dichos actos "deben tener claro que tienen nuestro rechazo y que adoptaremos todas las medidas necesarias para que algo como lo ocurrido a los hermanos Otero no se repita". Se refieren al sabotaje cometido en las bateas de Antonio y Óscar Otero, dos productores de Cambados pertenecientes a la Asociación San Sadurniño a los que cortaron alrededor de 800 cuerdas de mejillón en sus parques de cultivo, en O Grove.