La muerte el miércoles de Rogelio M.V.M., rodeado de basura, en Cangas no sorprendió a muchos. Durante años hubo repetidas quejas sobre los malos olores que salían de su vivienda, ubicada en la calle Berbetaña, donde habitaba con su compañera sentimental, Victoria.M.V.M., que es ciega. Los expertos barajaron en más de una ocasión que el fallecido vivía bajo el síndrome de Diógenes (acumular basura y vivir entre ella).

Pero sí que sorprendió lo que la Policía Local encontró en su casa. Rogelio M.V. guardaba en un armario, en bolsas de plástico, gran cantidad de billetes perfectamente doblados en paquetes y atados con una goma. En concreto, fueron localizados por la Policía Local de Cangas 34.380 euros (683 billetes de 50 euros, 2 billetes de 20 y 17 de 10 euros).

El dinero

La que puso en alerta a la Policía Local fue una trabajadora social del Concello de Cangas, que ayer por la mañana pidió colaboración de los agentes para buscar un dinero que, al parecer, tenía escondido Rogelio M. en su domicilio, que había muerto el día anterior en el centro hospitalario de Povisa, en Vigo. La compañera sentimental del fallecido puso en conocimiento de la trabajadora social del Concello que en la vivienda había una bolsa con dinero que debían buscar. Los miembros de la Policía Local se pusieron manos a la obra y entre todas las bolsas que había en el armario apareció un neceser que tenía dentro el dinero. Con la autorización de la compañera sentimental del fallecido se contó el dinero, que con posterioridad fue ingresado en una cuenta bancaria.

Personal del departamento de Obras y Servicios acudió al domicilio del fallecido a realizar trabajos de limpieza, para recoger la gran cantidad de basura que se acumulaba en el interior de la vivienda. El denominado síndrome de Diógenes que supuestamente padecía el fallecido quedó patente cuando se sacaron las bolsas con la basura a la calle. Eran kilos de basura los que se acumulaban a la entrada de la vivienda después de que los operarios del Concello de Cangas hicieran las tareas de limpieza.

Hasta no hace mucho tiempo, a Rogelio M.V. se le había visto por la villa pidiendo limosna. Son muchos los vecinos que afirman que vivía de la caridad y otros aseguran que debía tener un paga como jubilado, aunque no se le conocía profesión.

La Policía Local de Cangas acompañará hoy a la compañera sentimental ciega al juzgado, donde debe declarar sobre la muerte de Rogelio M.V, cuya edad, según vecinos, superaba ya los setenta.

Con parte del dinero que se encontró en el neceser, Victoria E.L. pagó la factura del entierro de su compañero. El departamento de Servicios Sociales del Concello de Cangas se ocupa en estos momentos de atender a Victoria E.L.