Pocos Viernes de Pasión se vivió una misa solemne tan inquieta como la de ayer. Los cofrades salían y entraban de la Ex colegiata con desasosiego. La lluvia estuvo presente toda la mañana y existía el temor a que la Virgen de Los Dolores, que estrenaba vestido, se quedara sin salir. Corría el rumor de que a la Virgen no le había gustado el vestido, de ahí la tromba impresionante que cayó apenas dos horas antes. Cuando la misa estaba tocando a su fin, un portador dio la buena nueva de que "polo Castelo e polas Cíes estaba azul". Era una señal inequívoca para los lugareños de que iba a dar tiempo a que la Virgen pudiera realizar su recorrido. Al rato, otro signo que presagiaba el cese de la lluvia. "Agora está baixando a marea e está de Este, polo que non debería chover", apuntaba el presidente de la Cofradía de Los Dolores, Manuel Gil.

Y así fue, tardó media hora, pero la imagen salió, en todo su esplendor, y durante el corto recorrido prefijado no cayó una gota. Pero tampoco habría sido la gran tragedia si la imagen se hubiese tenido que quedar en el templo. "Somos devotos, non forofos", apuntaban varios vecinos que esperaban a que se tomara la decisión. A las 20,35 horas, al son del himno nacional español, la imagen de Los Dolores cruzó la puerta de la Ex colegiata levantada por 24 portadores. El cielo estaba encapotado y todas las miradas estaban puestas en él. Con el redoblar de tambores comenzó el balanceo de la procesión, que congregó muchos más espectadores que participantes.