Ayer fue su primer día de trabajo en dos meses. Era el tiempo que Alberto Riveiro (28 años) llevaba inscrito en la lista del paro. Trabajador de chapa y pintura, el desempleo le obliga a cambiar la pistola y el martillo por la motosierra y la desbrozadora. "Para irme a Vigo a traballar no meu e cobrar 800 euros prefiro estar aquí. Teño un fillo e unha hipoteca". Alberto Rivero cobra en esta brigada, compuesta ahora mismo por tres personas, (a lo largo de la semana se incorporarán dos más) mil euros. Afirma que no le importa cambiar de herramientas y que está acostumbrado a utilizar las motosierras, algo que secunda rápidamente Vanessa Crego (26 años), una de sus compañeras de trabajo. "Somos de aquí e a ninguén nos estrana esta maquinaria". Vanessa es licenciada en Magisterio, en Prescolar. Lo terrible de las oposiciones la llevaron aquí, a Ourelo, a andar entre árboles y maleza por uns estrechos caminos por los que apenas coge una persona. Ella también llevaba dos meses en paro. La tercera de la brigada es Ana Gandón, tiene 35 años y figuraba en el Inem como una trabajadora en paro de larga duración. Su primer día también fue difícil. Hay que cortar, arrastrar y limpiar. Suerte que es jornada única, de 8.00 a 14.30 horas. La zona asignada en esta primera semana es la de A Magdalena. 18 Hectáreas calcula Alberto Riveiro que es lo que tienen que limpiar.

La teoría se la saben bien. "So hai que cortar as acacias, os eucaliptos, sacar as ramas mortas, todo o que fai escombro", explican. De momento no se encontraron con nadie que les impidiera el paso, pero también se saben perfectamente las instrucciones. "No caso de que non nos deixen pasar temos que tomarlle os datos e decirlle que si nun plazo de 15 días non o fai él o terá que facer o Concello e pode incluso ser sancionado económicamente".

Era el primer día de trabajo y la ropa de faena aún no les había llegado. La esperaban por la tarde. Estaban avisados de que tenían que acudir a una ferretería local para vestirse con la ropa adecuada.