No es justo que el cadáver de mi marido ande en un barco de un lado para otro", asegura María Eleuterio Troncos, la viuda del marinero peruano, afincado en Cangas, y que falleció el 22 de febrero cuando faenaba en un palangrero de A Guarda en aguas de la isla de Santa Elena, en territorio de ultramar del Reino Unido en África. El barco en el que se repatría el cadáver de Carlos Buenaventura Valladares es un mercante inglés "Santa Helena", que cubre la línea regular entre Ciudad del Cabo e Inglaterra y en el que se combina mercancía y pasaje. A bordo viajan unos 70 pasajeros. A las ocho de la tarde, hora peninsular, hizo escala en la isla de Tenerife, pero la tripulación no bajó el cuerpo del marinero de Cangas, que sigue rumbo al Reino Unido.

El armador de A Guarda había confirmado en un primer momento a la familia que el cadáver llegaría el día 15, para hacerle la autopsia, pero después le comunicó que por "problemas de un temporal y una avería", el barco tan sólo iba a repostar en Tenerife por lo que el cuerpo del marinero seguiría en el barco hasta Inglaterra y de regreso lo dejarían en Vigo el 25 de marzo.

"No entendemos lo que pasa, ni sé si nos dicen la verdad. La única respuesta que tenemos es que esperemos y aún no conocemos las causas del fallecimiento". María Troncos, que tiene un hijo de 4 años fruto del matrimonio y una sobrina de 8 años a su cargo, asegura que no piensa en más futuro que poder "tener a mi marido aquí para sepultarlo como tiene que ser". El secretario provincial de Pesca del sindicato UGT en Pontevedra, Francisco García, ya remitió el miércoles pasado a la Embajada del Perú y a los ministerios de Sanidad y de Exteriores de España un escrito para exigir la repatriación urgente. En el mismo se alude a que "por causas que desconocemos, el citado marinero tuvo que ser trasladado del buque donde prestaba sus servicios a un centro sanitario británico en la isla de Santa Helena, sin que la empresa, ni la mutua ni el Instituto Social de la Marina hubieran dado respuesta a su viuda, a la necesidad de repatriación del cuerpo".

Ayer por la mañana las noticias eran contradictorias. La Autoridad Portuaria de Tenerife confirmaba que el buque había dejado el cadáver en Santa Elena y que era repatriado en avión a España. La consignataria encargada del mencionado buque en Tenerife "Southern Agencias" confirmaba más tarde que el "Santa Helena" llegaría a las siete de la tarde al puerto canario, con el cadáver a bordo en un contenedor, pero sólo lo haría para repostar combustible por lo que el cuerpo del marinero seguiría a Inglaterra y que de regreso, el barco lo iba a dejar en Vigo. La consignataria explicaba que el barco no iba a entrar, ni siquiera en el puerto de pasaje, y que atracaría en el muelle sur. La familia de Carlos Buenaventura, integrada por su viuda y los padres y seis hermanos que también residen en Cangas desde hace tres años, no entienden por qué el cadáver no se ha podido bajar en Tenerife. Ya habían sacado los billetes para estar allí, pero a última hora los anularon porque el armador les dijo que el buque seguía rumbo a Inglaterra. La familia está en contacto con la Embajada del Perú en España "para investigar qué de cierto hay en todo".