Gonzalo Martínez / O MORRAZO

Los vaivenes de la pesca vuelven a afectar a la flota de la comarca, que se enfrenta ahora al cierre anticipado de la campaña del fletán en aguas del atlántico noroccidental (Nafo), después de que la Unión Europea haya decidido adelantar la veda a finales de este mes de agosto basándose en el supuesto impacto sobre esta especie. La medida traerá graves consecuencias para una treintena de barcos gallegos de gran altura que faenan en esas aguas, dos tercios de los cuales tienen su puerto base en la comarca o son propiedad de armadores de Cangas, Bueu, Moaña y Marín. El sector estima que este cese prematuro en la pesca del fletán (previsto inicialmente para finales de septiembre) les impedirá capturar en torno a 1.500 toneladas de este pescado, la cuarta parte de las que tienen autorizadas, y afectará de forma directa o indirecta a más de medio millar de trabajadores en mar y tierra.

La noticia de que la Comisión Europea está decidida a adelantar al 31 de este mes el cierre de la pesquería de fletán negro en aguas de Nafo -publicada por este periódico y confirmada al día siguiente de forma oficial por las autoridades comunitarias- ha puesto en alerta a los armadores y marineros de la comarca que dependen de esta especie, así como de los trabajadores en tierra, ya que dos de las principales empresas morracenses -la moañesa Fandicosta y la canguesa Frigoríficos del Morrazo- procesan este pescado. El sector había reclamado, primero, que se le permitiese faenar hasta final de año, y luego rebajó sus pretensiones hasta el 31 de septiembre como fecha tope. Pero las autoridades comunitarias han reducido el plazo solicitado y lo adelantan un mes, por lo que la flota ya no tendrá tiempo para capturar las cantidades previstas.

La Nafo argumenta que el recurso está en crisis y, para recuperarlo, hace dos años planteó un plan plurianual adoptando restricciones de capturas y otras medidas complementarias. Ahora argumenta que las cuotas oficialmente previstas se están sobrepasando y urge una paralización de las capturas. Los armadores difieren de esos análisis, y lamentan que su plan alternativo cuatrienal -que contempla medidas como una parada biológica de cuatro meses al año, el desguace de ocho buques en los próximos cuatro años o la diversificación de caladeros y especies- ha sido rechazado por considerarse insuficiente. Así, la flota está abocada al amarre y los marineros a quedarse en tierra un mes antes de lo previsto.

Solidaridad del concello

La preocupación ha llegado ya al ámbito político, y así, la Xunta de Goberno Local de Cangas aprobó el viernes -fuera del orden del día- un escrito de sus concejales solidarizándose con todos los afectados. "Apoyamos rotundamente al sector del fletán, que es uno de los más importantes en nuestro concello y en nuestra comarca", argumentó ayer el alcalde. José Enrique Sotelo reconoció, no obstante, que el papel que puede jugar el concello en este asunto es "prácticamente simbólico", ya que la decisión de la Comisión Europea está tomada y a la institución local "no le corresponde ni tiene competencias, obviamente, para sentarse a negociar con Canadá".

El regidor cangués ya se reunió hace un año con la asociación de armadores -con muchos de los cuales mantiene vínculos de vecindad e incluso de familiaridad- para mostrarle el apoyo municipal ante las distintas administraciones pesqueras en sus negociaciones para ampliar la cuota de fletán, reduciendo así el impacto económico y social que supone toda restricción pesquera. Entre los barcos con base o capital de Cangas, Bueu, Moaña y Marín que faenan en las últimas campañas en aguas del atlántico noroccidental figuran el Ana Gandón, Áncora d´Ouro, Esperanza Menduíña, Hermanos Gandón IV, Manuel Nores, María Eugenia G., Moradiña, Patricia Nores, Patricia Sotelo, Playa de Arneles, Pescavaqueiro, Playa de Cativa, Playa Menduíña, Playa de Rodas, Río Orxas y Santa Mariña. Otros, como el Arcay, Areacova o Playa de Sartaxéns ya han ido al desguace o han cambiado de mares.