Julio Villanueva, presidente de la Sociedad Cooperativa Mejillonera de Bueu -Socomebu-, reconoció ayer que su entidad vendió mejillón "por fuera" en un momento determinado y ante la amenaza de marea roja. Dice que estaba previsto el cierre de polígonos a causa de la toxina, por eso el día antes, en previsión de que se decretara la prohibición, decidieron que sus socios sacaran mejillón y venderlo, algo que es perfectamente legal y que, al producirse antes del cierre, garantiza la calidad y salubridad del producto.

El problema, y de ahí que se les abriera expediente, es que al sacar el mejillón por su cuenta y riesgo estaban incumpliendo el sistema de cupos establecido por Opmega, que funciona como central de ventas para repartir los pedidos entre sus socios.

"Lo hicimos porque iban a ser cerrados los polígonos de Combarro y creímos necesario y conveniente sacar el mejillón a la mayor velocidad posible", insiste el presidente de Socomebu. Por eso acata el expediente, aunque sólo en lo referido a este asunto, pues rechaza frontalmente otras imputaciones vertidas en el mismo documento. Critica también "la indefensión a la que estamos siendo sometidos y lamenta el hecho de que sus alegaciones "no fueron contestadas".

Julio Villanueva manifestó ante la asamblea que "aquella venta por fuera obedeció a una decisión puntual de Socomebu porque era imposible que con el sistema de cupos nos sacaran desde Opmega el mejillón que teníamos colgado en las bateas". "Entendemos que el expediente debe quedarse en eso, en un procedimiento disciplinario interno, sin necesidad de que se acuerde nuestra expulsión", como por el contrario se hizo recientemente con la cooperativa grovense Amegrove.