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La playa que nos espera mientras dure la pandemia

Avanzamos las claves del primer chapuzón en la era del Covid-19, que llegará en una semana si Galicia pasa de fase

Recreación virtual de la playa de Silgar, en Sanxenxo. // FdV

El primer chapuzón del 2020 será uno para recordar. No solo por su larga espera tras el confinamiento sino también por cómo la pandemia cambiará la forma en la que los gallegos se relacionen con el mar

¿Cuándo está permitido ir? ¿Es seguro bañarse? ¿Será posible tumbarse a tomar el sol o tan solo se podrá hacer deporte? Por suerte, mientras las ganas de acudir a la costa crecen, las administraciones avanzan en las respuestas y ya preparan protocolos para que las playas sigan siendo un lugar seguro y de relax.

Galicia se irá a playa en la fase 2

Aunque algunos concellos ya han ido abriendo sus playas como una zona más donde pasear durante la fase 1, lo que todavía no se puede hacer en la comunidad es darse un chapuzón o extender una toalla sobre la arena. No obstante, los gallegos están a tan solo un paso en la desescalada de poder recuperar la normalidad también en estos espacios naturales: podrán ir a la playa en la fase 2.

El Gobierno ya ha establecido las condiciones para la apertura de los arenales, tanto para transitar como para permanecer en ellas. Es decir, en cuanto Galicia pase de fase, se permitirán actividades deportivas y de recreo, siempre que se evite el contacto físico y se mantenga la distancia mínima de seguridad.

Chapuzones con cita previa

Una de las claves es, por tanto, asegurar que los arenales no sean sitios de grandes aglomeraciones de visitantes. El Gobierno gallego está centrando en buscar una fórmula consensuada con los municipios que evite las masificaciones. Para ello, se basa en un sistema ya conocido de control de aforo como el de la playa de As Catedrais: una herramienta que obligue a los ciudadanos a conseguir una acreditación para poder acceder.

La aplicación que estudia la Xunta y que en los próximos días dará a conocer a la Fegamp se llama 'Playas Seguras de Galicia' y pretende unificar criterios con los ayuntamientos para determinar cuántas personas caben en las 960 playas gallegas de forma que se mantenga la distancia mínima de seguridad.

Arenales parcelados

Por su parte, algunos concellos ya han empezado a diseñar estructuras que regulen la estancia de los visitantes en la arena. El primero en darlo a conocer ha sido el de Sanxenxo, que tras echar cálculos ha empezado la división de la playa de Silgar en 780 cuadrículas en las que cabrán 2.340 personas.

La idea, pese a sonar a ficción, se estudia ya en otros municipios como Vigo o Baiona. Una tarea en todo caso titánica ya que tendrá que tener en cuenta las mareas a lo largo del día.

Más difícil será mantener las distancias en el agua, ya que dependerá de la responsabilidad de cada bañista. El CSIC ha sido claro al respecto: en el mar no se transmite de por sí el Covid-19, pero es fundamental el distanciamiento social.

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