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Los albergues del Camino reabren con reservas y protocolo anticovid-19

La situación sanitaria en Portugal condicionará la ruta a su paso por la Boa Vila. "Lo importante es arrancar porque indica que comienza la nueva normalidad", dice Tino Lores

Una hospitalera explica el uso de las literas por los peregrinos. // R. Vázquez

Los albergues del Camiño de Santiago ya están listos para recibir a los peregrinos a su paso por Pontevedra en la ruta portuguesa. El pistoletazo de salida lo marcará hoy la reapertura de la frontera con el país vecino, jornada en la que también vuelven a la actividad los lugares de pernoctación oficial de la Xunta de Galicia. Asimismo, muchos de los de carácter privado también han preferido esperar hasta el 1 de julio, por lo que este día será para ellos como una "reinauguración" de sus negocios.

El día de ayer fue de una intensa actividad en el albergue "Virgen Peregrina" de Pontevedra, el único de carácter oficial de la Boa Vila. Cerca de 40 hospitaleros, la mitad de los que habitualmente colaboran con la Asociación de Amigos do Camiño Portugués a Santiago, participaron en un simulacro de apertura al público. Al frente, como no podría ser de otro modo, su presidente, Celestino Lores.

Los propios hospitaleros hicieron las veces de peregrinos, formando una larga fila para poder acceder al albergue, la que habitualmente se forma en temporada alta.

Sin embargo, y como ya no es nada nuevo que el coronavirus lo ha puesto todo patas arriba, también será decisivo a la hora de poder entrar a las instalaciones en la calle Otero Pedrayo. Ahora, los caminantes deben guardar las distancias recomendadas por las autoridades sanitarias también en esos momentos de espera.

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El albergue de Pontevedra ensaya su reapertura con las medidas antiCovid19

Una vez dentro, y siempre de uno en uno, deben someterse a un control de temperatura, decisivo para el acceso.

Varias mamparas protegen tanto a usuarios como hospitaleros del contagio, de modo que en el momento de realizar el "check in" también quedan debidamente separados.

Solamente 11 plazas

Finalmente, en el albergue de peregrinos oficial solamente han quedado habilitadas 11 plazas, ya que mediciones de última hora han obligado a la asociación que lo gestiona a eliminar una de las 12 que tenía previsto ofrecer.

Al tratarse de literas, los peregrinos solo podrán usar la cama inferior. En la que tengan encima tendrán que colocar sus pertenencias, ya que se trata de evitar que haya objetos por el suelo.

Al albergue se entra por una puerta, lo principal, y se sale por otra, la que da al jardín. Señalización horizontal y vertical guiará a los viajeros.

"Lo importante es arrancar porque esto indica que comienza la nueva normalidad", celebra Tino Lores, que añade que "la cuestión es ponérselo difícil al coronavirus".

Y es que en el albergue le tienen especial inquina por haber truncado su proyecto de ampliación de plazas, lo que le habría posibilitado acercarse al centenar este año.

Celestino Lores reconoce que va a ser un verano diferente y que para el mes de julio ya cuentan con la primera reserva de un grupo procedente de Portugal. En todo caso, indica que será precisamente la situación sanitaria en el país luso la que condicionará buena parte del Camiño este año.

Y reservas ya tienen también los albergues privados. Es el caso del que se encuentra a pocos metros de las estaciones de tren y autobuses de Pontevedra, "Aloxa". Al primer grupo lo recibirán el próximo 9 de julio, serán cerca de 30 personas de una asociación de Andalucía.

En este albergue han tenido que reducir a 45 sus plazas, así como eliminar la cocina y la biblioteca.

Son conscientes de que va a ser una temporada mala y que lo importante es mantener abierto el negocio. "La gente no sale porque tiene miedo al contagio", recuerda una de las trabajadoras.

"Comportamiento ejemplar"

"Llevamos abiertos desde el 22 de junio, y quiero agradecer el comportamiento ejemplar de todos los que se han alojado. Es un momento difícil, de mucha incertidumbre, pero nosotros nos vamos a volcar este verano para que las vacaciones de los que nos visitan sean la mejor experiencia posible", aseguran, por su parte, desde el "Slow City Hostel", en pleno corazón del casco histórico pontevedrés.

Sus primeros huéspedes fueron los cuatro miembros de una familia de Alicante que llegó a Galicia a finales de junio, en la que, sin duda alguna, será la temporada de verano más inusual para el Camiño Portugués a Santiago.

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