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Opositores en la incertidumbre

Pontevedreses cuentan su experiencia a la hora de preparar las pruebas en plena cuarentena y se muestran desmotivados al no saber una fecha exacta para su celebración

Prueba de oposiciones a Educación realizada el año pasado en la provincia. // Gustavo Santos

"En un primer momento se nos había indicado que de prolongarse el estado de alarma más allá del día 11, se barajaría la posibilidad de aplazar las oposiciones, pero en el último comunicado que se nos remitió, se indica que la intención de la Consellería de Educación es celebrarlas en principio en el mes de junio, con el riesgo que esto puede suponer para nuestra salud; por lo que al estrés emocional que ya provoca de por sí este confinamiento, en nuestro caso se suma la ansiedad y angustia de no saber si finalmente se van a celebrar y en qué condiciones tendremos que realizar las pruebas".

Es el testimonio de Débora González, una joven de 30 años que desde septiembre de 2019 se prepara para presentarse a las oposiciones de Educación, en la especialidad de Servicios a la comunidad para formar parte del cuerpo técnico de profesores de Formación Profesional, para la cual este año se ofertaron hasta 32 plazas.

Uno de los aspectos que para ella ha cambiado el decreto del estado de alarma es la forma de estudio. Si bien antes acudía una vez a la semana a la academia en la que se preparaba para afrontar el examen, ahora el método es participar en las clases online y, en su opinión, "la calidad de la formación disminuye sobre todo por el trabajo conjunto, porque en los casos prácticos aprendemos mucho unas de otras, y también se pierde el apoyo moral que habitualmente nos damos", señala.

Aplazar la convocatoria

Hasta el pasado mes de enero, Débora González compatibilizaba los estudios con su trabajo, pero tras haber finalizado a principios de año su contrato, optó por dedicarse por completo a preparar la oposición. Esta pontevedresa indica que "los últimos meses son determinantes para consolidar conceptos, por lo que esta incertidumbre no nos ayuda para nada a preparar en condiciones las pruebas". Asimismo, también apunta que para ella y sus compañeras de especialidad "es muy difícil concentrarse y encontrar una motivación, al final la tristeza se apodera de una. Para mí la solución sería que se aplazaran hasta el 2021 en las mismas condiciones o que se busque algún tipo de alternativa para poner fin a esta situación".

Marcial I. Amoedo es otro pontevedrés que se encuentra en una situación similar a la de Débora. En su caso, lleva tres años estudiando para lograr una plaza en la especialidad educativa de Pedagogía terapéutica. Este joven explica que, en su caso, "ter que estudiar na casa, a min xa me prexudica de primeiras, posto que son unha persoa que preciso a tranquilidade dunha biblioteca para concentrarme".

Amoedo entiende perfectamente la excepcionalidad de la situación actual provocada por la pandemia, pero no concibe que "dende a Consellería non sexan claros, que cada dúas por tres se estea demorando a decisión que deberan tomar e se nos dean largas constantemente".

En este sentido, Marcial indica que la incertidumbre a la que se están viendo sometidos los opositores de su colectivo provoca un nivel de estrés que dificulta el estudio, porque según apunta, "ante todo somos persoas, non máquinas que podemos sentarnos e ser produtivos constantemente, co nivel de ansiedade que provoca a situación de non ter unha data fixa".

Por otra parte, este joven hace referencia a que las circunstancias de las personas que preparan las pruebas no siempre son las mismas: "Eu son consciente de que teño o privilexio de non ter a ninguén ao meu cargo, pero coñezo compañeiras que están na casa teletraballando, pendentes todo o día do teléfono e tendo que atender aos seus fillos, co cal é inxusto".

Amoedo señala que a él le beneficiaría que las pruebas se realizaran en junio, pero considera que dadas estas circunstancias,"o máis lóxico é que se apracen".

Cambios en los hábitos de estudio y mucha desmotivación

No lo está viviendo en primera persona, pero sigue muy de cerca la realidad que atraviesan en la actualidad sus alumnas. Verónica Martínez Delgado es maestra y ayuda a las que serán las docentes del mañana a preparar el temario y los supuestos para superar las pruebas de las oposiciones.

Antes de que tuviera lugar el confinamiento, impartía clases a 70 opositoras, sin embargo, esta cifra se vio reducida a 24 con el paso de la semanas, el desgaste y la desmotivación, así como las dificultades de continuar pagando la academia por circunstancias personales. A fecha de hoy, tan solo siguen con ella 14 alumnas.

Martínez señala que "ao principio moitas opositoras aproveitaron que tiñan tempo para darlle un empurrón ao estudo; outras, ao ter familiares dependentes xa non puideron, pero a medida que empezaron a pasar as semanas, foron baixando os brazos polo desgaste emocional que xera esta situación, coa consecuente falta de sono, de concentración, un aumento de ansiedade, esgotamento e sentimentos de culpabilidade".

A este desgaste lógico por la cuarentena, se le suma la situación específica generada por la falta de claridad por parte de la Consellería ante la celebración de las oposiciones. Para Verónica lo más sensato sería su aplazamiento y apunta que "a incerteza á que se ven sometidos todos estes alumnos é brutal, porque non teñen motivos para estudar. O ritmo de estudo é diferente en caso de preparalas para xuño que para o ano 2021. Na miña opinión, a Consellería se equivoca; non está coidando aos nosos profesionais".

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