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"O fue un falso positivo en marzo o mi padre, que está en la UCI, vuelve a tener Covid"

Al hospital de Ourense no le consta ningún caso de reinfección | Ambos progenitores de Ángel Fernández se han contagiado

Ángel Fernández con una foto de sus padres, ambos contagiados por Covid-19 en esta segunda ola. // Iñaki Osorio

El estudio de posibles reinfecciones de Covid-19 pone sobre aviso a la comunidad científica acerca del grado y duración de la inmunidad frente al coronavirus Sars-CoV-2 así como de la posibilidad de volver a padecer la enfermedad tras haberla superado, aunque por el momento los casos confirmados en todo el planeta de una nueva manifestación de la dolencia en los mismos pacientes son aún escasos. A la unidad de Enfermedades Infecciosas del hospital público de Ourense no le consta "ninguna reinfección documentada", según indicaron ayer fuentes sanitarias consultadas por FARO.

Ángel Fernández -43 años- cuenta que su padre Arturo -73- dio positivo en un test "en marzo o abril" pero no experimentó síntomas. Ahora, en esta segunda ola con una elevada incidencia en la provincia, el septuagenario lleva quince días en cuidados intensivos -estuvo una jornada más en planta tras su ingreso-, si bien su situación va a mejor. "O en su momento fue un falso positivo, que a saber entonces, o superó como asintomático el Covid, porque no tuvo ningún problema, y ahora vuelve a tener la enfermedad". En esta ocasión, "empezó a sentir fiebre y el médico creyó que se trataría de una gripe porque tendría anticuerpos. Tras varios días con fiebre, fuimos y dio positivo. Casi hubo que obligarlo, porque estaba asustado y cansado", relata el hijo, que es pintor de profesión.

El matrimonio reside en la zona de la carretera da Granxa y la familia cree que el septuagenario se pudo contagiar en un bar del barrio, al igual que otros vecinos y el propio hostelero. La madre, Margarita Vázquez -70 años- también contrajo el virus y desarrolló síntomas, incluyendo fatiga al hablar. "Vinieron a buscarla en una ambulancia e ingresó en el hospital. Estuvo cinco días en planta antes de recibir el alta. Ahora ya se encuentra bien y se mueve a la perfección", celebra Ángel.

Un total de 4.999 ourensanos habían dado positivo hasta ayer en coronavirus, en estos siete meses de pandemia; 3.218 se han curado y la cifra de víctimas se acerca a las 180 personas. A estas alturas de la segunda ola, con media provincia inmersa en restricciones, 1.605 pacientes presentan una infección activa de Covid-19, y 87 de ellos permanecen hospitalizados (datos de este miércoles). Arturo Fernández es uno de los 11 más graves, ingresados en la UCI. "Hasta que no te toca de cerca le tienes respeto pero no miedo, aquí es lo que está ocurriendo. La gente no tiene miedo. Hasta que ves a un familiar lleno de tubos y cables, fallece o le toca al vecino, y entonces se empieza a tener mucho más cuidado", opina Ángel Fernández, que apela a la concienciación social y a la responsabilidad individual, con el cumplimiento de las medidas de restricción. "Entiendo que la gente joven quiera irse de fiesta, pero esto no es una broma, hay que tener mucho cuidado", subraya.

Su padre, ingresado desde hace dos semanas en la unidad de críticos, con necesidad de ventilación mecánica y sedación, "no tiene ninguna patología, ni colesterol, ni diabetes. Es una persona sana y fuerte, que seguía paseando con su moto Yamaha Chopper, y eso es lo que lo está salvando según dicen los médicos: tener un corazón fuerte y los órganos perfectos". El hijo es cauto pero optimista con la evolución de su progenitor. "Admite el alimento bien y parece que se está recuperando bastante rápidamente". Este martes -añade- "abrió los ojos e intentó quitarse el respirador, así que van a empezar a bajar la sedación para si es capaz de respirar solo y comenzar con fisioterapia".

La "esperanza" de la mejoría

Sus padres viven solos y ambos resultaron contagiados. Ángel, su mujer y sus hijos han dado negativo. Después de la recuperación hospitalaria de su madre, la atención está puesta ahora en que el progenitor salga de la UCI. "Al encontrarte en esta situación, cualquier palabra de mejoría que te digan es positiva. El médico da noticias a diario a mi madre y a mi hermano y cualquier dato sobre una evolución es una esperanza", confiesa este ourensano. "Lo que nos dicen en los últimos días es que tiene un corazón de hierro, que los órganos están bien, y que va ventilando mejor, y de hecho ya no tiene que estar boca abajo".

Los reveses de la vida cambian la perspectiva, comparte un hombre que hace años perdió a un hermano, que tenía 40 años, tras un accidente laboral mientras pintaba una fachada. "Con eso que nos pasó ya piensas de otra manera. Con la enfermedad de mi padre sé que, si se recupera, quedará un trabajo muy largo de rehabilitación y unas secuelas, porque ya no tiene 30 años".

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