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Tú a tú con la muerte

Los vecinos cumplen con el ritual de acudir a los cementerios en el Día de Todos los Santos, aunque la lluvia evitó aglomeraciones

Personas conversan en el cementerio de Bueu. // Santos Álvarez

María acudió ayer al cementerio de Cangas en donde está enterrada su abuela. Hace años que ella murió, pero hasta ayer nunca había podido acudir a depositarle flores porque no era capaz de asumir la pérdida de un ser tan querido. Se enfrentó a ese tú a tú con la muerte, en un nicho lleno de flores y ella depositó las suyas, mientras una vecina que la vio le preguntaba cómo estaba, qué hacia tiempo que no la veía en el vecindario. Los pasillos del camposanto de Cangas eran eso, entre sonrisas y lágrimas, un encuentro de familias, de vecinos, algunos queridos y otros no tanto, de preguntas de cómo han ido estos años sin vernos. Como reconoce María, a esta vecina no la había vuelto a ver más que ayer en el cementerio.

Tras depositar sus flores, María salió del cementerio, satisfecha de haber podido cumplir con esa deuda pendiente con su abuela que nunca dejó de pagar su póliza de decesos, haciendo malabares para poder llegar a fin de mes, pero sin renunciar a su entierro. Esta joven asegura que las nuevas generaciones no piensan en entierros, no se hipotecan como su abuela ni tienen miedo al qué dirán de no ser enterrados y que sus vidas se reduzcan solo a cenizas sin lápida con nombre propio.

"¿Qué puede costar un nicho, cómo vamos a pensar en comprar sepulturas si muchos no tenemos ni para vivir en vida?", pregunta esta joven de Cangas que no por ello deja de confesarse creyente.

La lluvia envolvió un triste día de difuntos.

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