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La lluvia riega las flores para mantener vivo el recuerdo

La adversidad meteorológica no fue óbice para que los vecinos de Deza y Tabeirós-Montes visitaran a sus seres queridos ausentes

Las flores inundaron el camposanto de Lalín. // Bernabé/Ana Agra

Como cada primer día de noviembre los cementerios vivieron ayer una concurrida jornada. Ni la lluvia ni el viento fueron impedimento para que familias enteras acudieran a visitar a sus familiares en los camposantos de Deza y Tabeirós-Montes. Las rosas y los crisantemos completaron un manto floral de vivos colores en reconocimiento a los que ya no están por parte de sus deudores. Desde primera hora los cementerios de localidades como Lalín, A Estrada o Silleda, entre otros, se llenaron de familias enteras en busca del nicho o la sepultura donde descansan los restos de sus antepasados para rendirles un sentido y emocionado homenaje sin perder de vista un paraguas que ayer fue redentor.

En A Estrada la lluvia no concedió tregua durante las horas de luz. El que estuviese aguardando una mejoría del tiempo para acudir al cementerio a honrar a sus difuntos no tuvo más remedio que afanarse en portar paraguas y centro de flores a un tiempo. Los paraguas fueron protagonistas indiscutibles, tanto como las capuchas de las que muchos tiraron para guarecerse de la lluvia mientras se detenían ante los panteones para rezar y depositar sus flores en señal de eterno recuerdo a sus antepasados que descansan para siempre en los distintas necrópolis de la zona.

Pese a la adversidad meteorológica, desde primera hora de la mañana los estradenses fueron acercándose al cementerio de Figueiroa, al igual que hicieron durante las primeras horas de la tarde. Crisantemos, rosas y claveles volvieron a conformar un manto floral para este Día de Santos, deslucido por la copiosa e incesante lluvia, que quizás solo quiso convertirse en riego para mantener, más vivo si cabe, el recuerdo. En contra jugó, en cambio, el fuerte viento, que deslució el trabajo de quien se afanó en limpiar y colocar ramos y centros, haciendo que por la tarde algunos de ellos estuviesen ya tirados.

Encargos del extranjero

Trasdeza fue pionera ayer en una iniciativa pensada para los que por distintos motivos no pudieron acudir al cementerio a recordar a sus familiares fallecidos. En concreto, al menos los cementerios de las parroquias silledenses de Cortegada y Laro fueron escenario de varios encargos efectuados a una empresa especializada por parte de los descendientes de algunos difuntos que en su mayor parte se encuentran emigrados en distintas partes del mundo.

Un operario de la firma depositó desde primera hora varios centros y ramos de flores en los nichos y lápidas correspondientes, tal y como lo habían contratado sus clientes para la ocasión. La confirmación de que el pedido llegó a su destino en tiempo y forma se realizó mediante fotografías efectuadas con el móvil que inmediatamente fueron enviadas a las terminales de los clientes para su aprobación.

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