Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Presencia de la "marea roja" en Galicia

Arousa disfrutó en 2019 del tercer año con menor afección de biotoxinas marinas del siglo

-Fue uno de los ejercicios con mayor "limpieza" de la historia, o al menos desde que funciona el Intecmar -Por contra, para el cultivo de mejillón en las bateas de las rías de Vigo y Pontevedra fue uno de los peores

La ausencia de biotoxinas marinas favorece las descargas. En la foto, Porto Meloxo (O Grove). // FdV

Ya se ha explicado en repetidas ocasiones durante los últimos meses que corren buenos tiempos para el cultivo de mejillón en Galicia. Una de las razones es la ausencia de episodios prolongados de lo que popular, aunque erróneamente, se conoce como "marea roja".

El mejor ejemplo de ello es que 2019 fue uno de los mejores años de la historia del sector mejillonero en lo que a ausencia de biotoxinas marinas se refiere. O al menos lo fue desde que existe un estrecho seguimiento de estos episodios, a través del Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar).

Y si 2019 resultó tan positivo lo fue por la situación vivida en Arousa, donde se fondean 2.300 de las 3.300 bateas existentes en Galicia. Esta ría completó el tercer año con menores cierres por biotoxinas de lo que va de siglo, mientras que en las de Pontevedra y Vigo la situación fue muy diferente, con prohibiciones de extracción que se prolongaron durante buena parte del ejercicio.

O Grove

Las bateas de mejillón arousanas estuvieron cerradas debido a las biotoxinas desde abril hasta mediados de mayo, con unos días más de prohibición en el caso de los polígonos de O Grove, que ya empezaron a notar los efectos del episodio tóxico en marzo.

Fue una insignificancia, si se compara con lo ocurrido en las de Pontevedra y Vigo, que permanecieron inoperativas desde marzo hasta finales de mayo, en algunos casos también en junio, para sacudirse las biotoxinas solo en julio, ya que regresaron pronto y los cierres se repitieron desde agosto hasta casi la finalización del año.

Para entender mejor la situación puede decirse que los polígonos arousanos que estuvieron más días cerrados por toxicidad fueron los cuatro de O Grove, con un máximo de 81 jornadas de inactividad, mientras que los polígonos de Cangas superaron los doscientos días de prohibición y los de Bueu, llegaron a estar 263 jornadas parados a lo largo de 2019.

Puede explicarse de otro modo: Si se suman todos los días de cierre en los ocho polígonos pontevedreses se alcanzan 1.755 jornadas de inactividad, mientras que los doce polígonos de Vigo suman 1.244. Y resulta que Arousa, con nada menos que 24 polígonos bateeiros -por algo es la ría más productiva del mundo- solo suma 564 días de cierre en 2019.

Esa cifra solo supera las 315 jornadas de inactividad de 2008 y los 425 días de prohibición decretadas por el Intecmar en 2017, de ahí que pueda considerarse 2019 un año espléndido para los intereses del sector.

Tres años seguidos

Acumula así una buena racha que propicia la expansión comercial del producto sin sobresaltos, ya que en 2018 fueron 973 los días de prohibición totales en la ría arousana, por debajo de las 2.362 jornadas de cierre de 2016, las 1.756 registradas en 2015 o las 2.756 de 2014.

Pero no solo eso. En el año 2005 fueron tan importantes los perjuicios causados por las biotoxinas marinas en Galicia que entre todos los polígonos arousanos sumaron 3.422 jornadas de inactividad, al igual que fue notable la afección de la "marea roja" en 2013, cuando se alcanzaron los 3.243 días de bloqueo. Es decir, seis veces más que el pasado ejercicio.

Puestos a analizar lo sucedido durante el pasado ejercicio en las bateas de mejillón gallegas, hay que destacar que solo 83 jornadas de cierre correspondieron a la presencia de toxina paralizante (PSP), 31 de ellas en el polígono Camariñas A y las 52 restantes, en el Baiona A.

También fue escasa, e igualmente se limitó a estos dos polígonos, la acción de la toxina amnésica (ASP) con 31 y 28 días de cierre, respectivamente.

Como es habitual, la principal amenaza, hasta completar los 564 días de cierres totales en Arousa, procedió de toxinas lipofílicas como la diarreica (DSP).

Compartir el artículo

stats