El ambiente de Vigo ya no es el mismo. Después de 42 días confinados, los protagonistas más valientes de la cuarentena, los niños, han inundado hoy las calles de la urbe para jugar, pasear, correr y saltar. Con pelotas, patinetes, bicicletas, peluches y... mascarillas, miles de pequeños celebran el final de su largo encierro acompañados de un tutor. La alegría propia de la infancia ya contagia a una ciudad que, con esta medida, ve un poco más nítida la luz al final del túnel.
La postal con la que ha amanecido la metrópolis olívica es la más agradable que se recuerda de este estado de alarma en el que estamos desde el pasado 15 de marzo. A los perros y sus dueños, que gozaban desde el principio del permiso para sacar a los animales a hacer sus necesidades, se han sumado hoy padres, madres y vástagos, que trasladaron la energía de sus hogares a las aceras para dar por cerrada una etapa de casi mes y medio metidos en casa.
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Los 'peques' de O Morrazo pisan la calle
Los 'peques' de O Morrazo pisan la calle
Así disfrutan los niños en O Morrazo. // FdV
Varios niños de O Morrazo también han salido por las calles semivacías sin demasiada algarabía y sabiendo de memoria medidas de protección, que recordaban a sus padres. En Moaña y Bueu pudieron acercarse a la playa, no así en Cangas, donde los cuerpos y seguridad de estado tuvieron que advertir a varios vecinos de la prohibición. Disfrutaron antes de que la lluvia hiciese acto de presencia.