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La modernización del tren Vigo-Oporto no se completará hasta 2021

La electrificación del tramo Viana-Valença terminará a finales de 2020 pero después aún se someterá a la fase de pruebas

Un convoy del Tren Celta en un andén de Guixar. // Marta G. Brea

Uno tras otro han ido sucediéndose los plazos sin que ninguno fuera el definitivo. Ahora, uno más. El Gobierno de Portugal ha confirmado que la electrificación de la línea ferroviaria entre Vigo y Oporto no estará plenamente operativa hasta comienzos de 2021: cinco años después del primer horizonte establecido para su punto final. La modernización del eje, conocido como Tren Celta o Linha do Minho, permitirá reducir el tiempo de viaje a alrededor de 90 minutos, en lugar de las 2 horas y 15 minutos del trayecto actual. Y su papel se antoja fundamental no ya por cuanto supone para la movilidad entre las dos grandes áreas metropolitanas de la Eurorregión, sino por su posible papel como enganche del norte luso al AVE desde Vigo, como de hecho ya han sugerido los municipios colindantes del país vecino.

Fuentes de Infraestruturas de Portugal (IP) -empresa pública tutelada por los Ministèrios de Planeamento y Finanças- admiten que los trabajos en el tendido entre Viana do Castelo y Valença (para adaptarlos incluso a los trenes de mercancías de 750 metros) finalizarán "en el cuarto trimestre de 2020", aunque en los meses siguientes todavía tendrán lugar "los test, ensayos y la certificación para la entrada en servicio". En paralelo se desarrollarán las obras para instalar el sistema de señalización electrónica entre Nine, Viana do Castelo y la propia Valença, "cuya colocación para servicio se prevé que ocurra en el primer trimestre de 2021". Para la adecuación de las líneas Portugal dispone de un presupuesto de 86,4 millones de euros, de los cuales un total de 67,68 proceden de las aportaciones de la Unión Europea.

A este lado de la raia, Adif adjudicó a mediados del mes de junio la electrificación de la línea entre Guillarei y Tui por 1,78 millones de euros. Se trata de un tramo de apenas 5 kilómetros que finaliza al borde del puente internacional sobre el Miño, que marca la frontera.

Primero fue 2016, y luego 2018 (en el tramo Nine-Viana) y 2019 (Viana-Valença) los horizontes perfilados por ambos gobiernos para poner la puntilla al nuevo Tren Celta después de su puesta en marcha en 2013. "Tras realizar una evaluación del estado de ejecución de los proyectos, podemos confirmar que en 2019 estará terminado y totalmente electrificado todo", llegó a pronosticar el premier luso, António Costa, tras la celebración de una cumbre bilateral, aún con Mariano Rajoy en La Moncloa. Pero los retrasos acumulados han dilatado los plazos, hasta el punto de que la prensa portuguesa alertó de la suspensión de hasta 18 obras en el tren recogidas en el plan Ferrovia 2020, desmentidas a posteriori por la IP. Suspendida no, pero sí con retraso parte el eje con Vigo por el que transcurren las locomotoras diésel de la serie 592, con dos salidas diarias desde la estación de Guixar. Según el diario Jornal de Noticias, Comboios de Portugal (CP) tendrá que seguir arrendando material rodante eléctrico a España, pues solo Renfe dispone de locomotoras para circular por las nuevas vías.

La preocupación por los retrasos ha llevado al Eixo Atlántico, el organismo que agrupa a 36 entidades locales de Galicia y Portugal, a "solicitar al presidente de Infraestruturas de Portugal información oficial sobre el estado de ejecución de la Linea do Minho", a la espera de respuesta oficial. Aunque ya sospechaban de obstáculos en el proyecto y pese a recalcar que permanecerán "vigilantes" por si hay más retrasos, recortes o rebajas "en el perfil" del proyecto, Xoán Vázquez Mao, su presidente, explica que no el Eixo no "meterá presión" a Portugal hasta que España no haga sus deberes en la línea Guillarei-Tui, cuya fecha de finalización -calcula- no será "hasta 2020 o 2021": "En este caso toca asumir y esperar, no podemos hacer nada", mantiene. Eso sí, Mao, partiendo de la premisa de que la línea es "polivalente" y "transfronteriza" tanto para pasajeros como para mercancías, insta al Gobierno a exigir ya fondos de la UE para avanzar en la salida sur ferroviaria en Vigo.

En cualquier caso la renovación del Tren Celta es la noticia que muchos llevan tiempo queriendo escuchar. Uno de los últimos en expresarlo públicamente fue la Comisión de Coordinación y Desarrollo Regional de la Região do Norte (CCDR-n), en que el están representados los 86 municipios del norte luso. En un documento trazado para aprovechar los próximos fondos de la UE instaron a sentenciar "la conclusión del proyecto de modernización de la línea ferroviaria Porto-Vigo", y lo que es más importante, situaron a la ciudad como su enganche con la Alta Velocidad española, a través de la línea Vigo-Madrid.

Igualmente expectante está Arriva, la filial de la germana Deutsche Bahn, que ha presentado un plan para explotar la conexión entre Oporto y A Coruña con viajes de menos de tres horas. De momento ya ha recibido el visto bueno de Competencia, aunque tendrá que esperar a que remate la electrificación completa.

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