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Okupas atemorizan a los vecinos de un edificio en pleno centro de Vigo

Residentes denuncian que arrancaron la cámara de seguridad y dejan suelto a un rottweiler "sin bozal"

Calle Esperanto, donde está el edificio con el piso okupado. // R.G.

Tres okupas llevan casi medio año instalados en una vivienda de un edificio residencial de la calle Esperanto, en pleno centro de la ciudad, y protagonizan una guerra abierta con los vecinos de los cerca de setenta pisos que hay en el inmueble. La convivencia se ha vuelto imposible. Los residentes denuncian que los okupas sueltan a un rottweiler (un perro de raza peligrosa) sin bozal por el edificio, que han causado daños en las zonas comunes, que realizan pintadas, que han arrancado la cámara de seguridad instalada en el portal o que han destrozado las manillas de los tres ascensores de la sexta planta, donde se han instalado de forma ilegal. Según una de las denuncias que han impuesto en la Policía, "también aparecieron en las paredes de esa planta manchas que de forma manifiesta corresponden a sangre".

Todo empezó cuando el propietario de un apartamento alquiló hace aproximadamente seis meses la vivienda a un inquilino. Según narran los vecinos, este invitó a varios amigos, "que le dieron una paliza y lo echaron del piso". Desde entonces, esos "amigos" son los que okupan la vivienda. Según los vecinos, desde la llegada de estos okupas, el día a día es "una auténtica pesadilla". La presidenta de la comunidad, Carmen García, relata que "estos jóvenes aporrean las puertas de los residentes para pedir comida o para que los vecinos les hagan curas, porque todos tenemos claro que se drogan".

Además, uno de los principales afectados es un chico con síndrome de Down que vive justo frente a los okupas. Las fiestas que montan a menudo, el ruido que hacen y toda la tensión que se vive en el edificio está provocando serios problemas a este joven con discapacidad intelectual.

Las denuncias presentadas han sido varias, y no solo por parte de la comunidad de vecinos. También el propio propietario de la vivienda okupada, a través del seguro de alquiler, ha cursado una demanda contra su inquilino por impago del alquiler. El arrendatario, según pudo saber FARO, es ajeno a todo lo que está sucediendo. "Yo tengo arrendado el apartamento a una persona. No sé si esa persona sigue viviendo ahí con unos amigos, si lo ha subarrendado, o qué ha hecho", explica. Asegura desconocer, por tanto, como afirman los vecinos, que el inquilino ha sido expulsado de la vivienda por los okupas.

La madre de ese inquilino, precisamente, también ha interpuesto una demanda contra las personas que ahora viven en la casa en la que en teoría debería estar residiendo su hijo. Según ha podido saber la comunidad de vecinos, todos estos procesos abiertos permitirán que el juzgado dé luz verde a principios del próximo año al desahucio de los tres okupas. En todo este tiempo, han sido varias las veces que la Policía ha tenido que acudir a este edificio situado en la calle Esperanto.

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