Era el momento más esperado por todos. Y no defraudó. Vigo vivió ayer su arranque oficial de la Navidad más exitoso, multitudinario y espectacular de su historia. Y no tenía fácil superar al año pasado, pero lo logró. 170.000 personas, según fuentes municipales, abarrotaron la zona centro de la ciudad para seguir el encendido de las luces, un acto que se ha convertido en un auténtico símbolo de la urbe olívica. No cabía ni un alma en Príncipe, Doctor Cadaval, Policarpo Sanz ni en Porta do Sol. Todos quisieron estar presentes para observar cómo se accionaban los diez millones de leds que iluminarán Vigo hasta el 12 de enero, cuando se pondrá punto y final a las fiestas.
Esas decenas de miles de personas esperaban la llegada del alcalde, Abel Caballero, que fue como siempre el encargado de pulsar el botón del encendido. Pasadas las 20.00 horas el regidor cruzaba Príncipe, un trayecto que le llevó su tiempo ante la cantidad de peticiones de selfis y autógrafos que le solicitaban a cada paso los allí presentes.
Ya en el escenario, junto a los concejales de su gobierno, saludó en gallego, en castellano y en inglés y volvió a enfatizar la importancia que estas fechas han adquirido para la ciudad. "Cuando éramos niños, estábamos rodeados del espíritu de la Navidad. Queremos retomar la cultura navideña y que las luces de Vigo iluminen a toda Galicia, a toda España y a toda Europa", clamó el alcalde ante un público absolutamente entregado. Y es que Caballero hizo un llamamiento a que los ciudadanos de los más de 8.000 ayuntamientos del país viajen a Vigo a ver este espectáculo navideño.
El regidor se volvió a acordar de alguno de sus homólogos. Como del alcalde de Nueva York, al que invitó en inglés a acudir a la ciudad "para ver las mejores luces del mundo". O del de Madrid: "Fue muy osado al retar a Vigo en luces de Navidad; el partido ni siquiera se jugó".
A las 20.40 horas en punto comenzó la cuenta atrás para el encendido y el regidor pulsó el botón que accionó las luces que iluminarán toda la ciudad durante casi dos meses. En ese momento, una lluvia de confeti de color cayó sobre el Porta do Sol, creando una gran estampa navideña. A la malla de bombillas que sobrevuela Príncipe se añadieron las pantallas y flashes de los de miles de smartphones con los que los vigueses retrataron el momento. Esa cuenta atrás no sería la única, pues se hicieron otras antes de que sonasen algunas de las canciones que protagonizan la Navidad viguesa, como el Merry Christmas de John Lennon o la banda sonora de Frozen II, cantada por David Bisbal. En ese momento ya no caía confeti, sino que empezó a llegar la nieve gracias a un cañón situado en lo alto de uno de los edificios de Porta do Sol, que se encargó de lanzar los copos y "bañar" a todos los asistentes.
Y en ese contexto, llegó una de las grandes sorpresas de la noche. La actriz de Disney, Paula Dalli, hacía acto de presencia y, junto con Caballero, recibieron a Olaf, uno de los personajes más emblemáticos de Frozen y que recibió posteriormente decenas de peticiones de fotografías por parte de los fans de la película.
En ese momento, además, en las pantallas instaladas en el centro de la ciudad que retransmitieron el encendido aparecía ya iluminada la calle Progreso, que será en las próximas semanas la calle "temática" del último estreno de Disney.
El acto tocaba ya a su punto final y se abrió entonces el acceso al árbol de Navidad gigante de Porta do Sol. Para evitar problemas, se entra a su interior en turnos de cincuenta personas. Ayer, fueron muchos los que aprovecharon para sacarse fotografías dentro del árbol, una de las estampas ya más tradicionales de la Navidad viguesa y que prometen volver a inundar las redes sociales.
La meteorología, además, volvió a sonreír a la ciudad, al igual que el año pasado. Pese a que toda la semana la lluvia fue protagonista, ayer, durante prácticamente toda la tarde, no cayó ni una gota de agua. El "decreto" anunciado por Caballero para evitar que el agua chafase la celebración volvió a funcionar.
El alcalde, que acabó su discurso con su ya tradicional "Os quiero, os quiero y os quiero", ensalzó a Vigo como una urbe "que fabrica coches, barcos y pesca en todos los océanos". "Ocupamos la globalización y lanzamos satélites hechos aquí que quiero que lleven las luces a todas las partes del mundo", aseguró.
¿Y quién estaba en el público? Pues perfiles de todo tipo. Familias enteras con niños pequeños, parejas jóvenes, matrimonios mayores, grupos de adolescentes y, como estaba previsto, gente procedente de distintas ciudades de Galicia, España, Europa e incluso del otro lado del océano Atlántico. La campaña de promoción llevada a cabo en las últimas semanas por el Concello y, obviamente, el tirón también de las luces de Navidad de años anteriores, se ha demostrado un auténtico éxito, un éxito que continuará en las próximas semanas. Y es que Caballero espera que sean tres millones las personas que vengan a Vigo este año a disfrutar de la Navidad viguesa.
La histórica jornada transcurrió sin ningún incidente importante gracias también al amplio dispositivo de seguridad y emergencias desplegado en el entorno de Porta do Sol.
