El Gran Hermano. A día de hoy, la Concejalía de Tráfico supera ya las 100 cámaras de tráfico por toda la ciudad. Y no solo se amplía su número, sino que también lo hacen sus prestaciones. En las últimas semanas se han incorporado nuevos "ojos" encaminados a mejorar la vigilancia en varios viales en los que en cuestión de días se multiplicarán dos de los modos de transporte del futuro: bicicletas y patinetes. Camelias es una de ellas. Pero también Castelao, Venezuela o Pizarro. Y, ya de cara a 2020, se sumará Travesía de Vigo, donde se habilitará un ciclo carril. Son las calles por las que discurrirá el gran carril bici de 10 kilómetros de distancia y sobre los que el departamento municipal de Tráfico quiere hacer zoom.
Solo en Camelias, vial en el que está previsto abrir el carril bici antes de que finalice el año, se han incorporado tres cámaras de altísima definición que enfocan directamente a la calzada y a la senda ciclista. Están en los cruces con Romil, Doctor Marañón y Ourense. Pero no son las únicas. En Plaza de América, donde el carril se conectará con el que discurre por los jardines de la avenida de Castelao, hay ya otras dos. En Coia, a la altura del barco "Alfageme", está instalada otra. En el otro extremo de la senda ciclista también hay focos en la rotonda del "Bicentenario", en el cruce de Pizarro con Vázquez Varela, en la rotonda de Isabel la Católica y en "Llorones". Varias de ellas son nuevas. Y, probablemente, no serán las últimas.
El Concello de Vigo está multiplicando sus esfuerzos para blindar el carril bici con el objetivo de proteger al máximo a ciclistas y usuarios de patinetes eléctricos. Como adelantó este periódico, las medidas persiguen que los vigueses que se muevan en estos medios de transporte tengan el menor número de problemas posibles. Por ello, está extremando al máximo la seguridad a lo largo del carril bici Samil-Teis, particularmente en las calles más conflictivas: Camelias, Venezuela, Pizarro y Travesía de Vigo. Su construcción a través del corazón de la ciudad no solo ha supuesto un reto para que los técnicos lo pudieran encajar, sino también a la hora de implementar las medidas para evitar accidentes. Y la tarea no es sencilla. A lo largo de los 10 kilómetros de recorrido los ciclistas pasarán por 70 intersecciones de calles en las que los vehículos a motor invadirán la senda. Pero además, hay entorno a 130 salidas y entradas a garajes de viviendas, talleres, aparcamientos de supermercados e incluso una gasolinera. Todo -aseguran fuentes municipales- está estudiado. "Hemos incorporado medidas a mayores de las que marcan los estándares de seguridad", garantizan. Entre ellas está la incorporación de cientos de separadores de carril, semáforos independientes, señales verticales y horizontales o la incorporación de nuevas cámaras de vigilancia.
