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El carril bici provoca "colapsos" colaterales

La pérdida de un carril para encajar la senda en Pizarro, Camelias y Venezuela crea un embudo con largas colas de vehículos -Los comerciantes urgen ahora más zonas de carga y descarga

carril. // A. Blanco

Encajar una vía ciclista a través del corazón de una ciudad como Vigo no es tarea fácil. Y probablemente los técnicos que diseñaron el carril bici Samil-Teis sabían que tendría efectos colaterales. Se supone que todo estaba medido. Y sería extraño que para un proyecto de esta envergadura no se hubiera tenido en cuenta que robarle un carril de circulación a Camelias, Venezuela y, desde esta semana también a Pizarro, iba a provocar serios problemas de tráfico. Estas tres calles se han convertido ahora en una especie de embudo en el que confluyen cada día miles de vehículos que, de la noche a la mañana, han visto reducida a la mitad la capacidad de estas vías. ¿El resultado? Largas colas, tráfico lento e incluso situaciones de colapso en hora punta.

Pizarro fue la última calle en perder uno de los dos carriles de los que presume en dirección a Travesía de Vigo. Los 15.000 coches que atraviesan por ella cada día y que proceden de Plaza de España, Venezuela y Vázquez Varela se encuentran ahora con un serio tapón a la altura del Mercadona. El problema es de tal calado que a última hora del día, cuando se dispara la circulación de vehículos, las colas alcanzan incluso el interior del túnel de Plaza de España, bloqueando parcialmente la mismísima Gran Vía.

Pero no solo los conductores se quejan de este efecto colateral. Los comerciantes también. "Nos hemos quedado sin espacio para que los transportistas puedan dejar sus mercancías. Y si paran en mitad de la calle bloquean todo. Ahora es imposible parar en doble fila y en esta zona solo hay tres plazas reservadas para furgonetas, claramente insuficientes", se quejaba ayer, en consonancia con otros comerciantes, Dorinda Díaz, responsable de un comercio de Pizarro. La misma queja trasladan los responsables de comercios de Camelias.

José Manuel Suárez, también de una tienda de Pizarro, protesta también por la falta de espacio para realizar las descargas. En cualquier caso, y como usuario de la bicicleta, aplaude la senda. "Será cuestión de acostumbrarnos", reconoce.

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