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El ascensor de Pi y Margall: un elevador que no acaba de ascender

Su inauguración estaba prevista para mayo, pero aún no ha entrado en funcionamiento

Vista del ascensor junto al parque de Cela en Vigo // J. Lores

El nuevo parque Camilo José Cela se inauguró a mediados del pasado mes de mayo, pero a medias. El Concello revolucionó este pequeño pulmón verde que conecta las calles Torrecedeira y Pi y Margall, pero no pudo poner en marcha la actuación estrella de la obra: el ascensor que permitirá a los peatones salvar sin esfuerzo el gran desnivel que hay entre ambos viales. Y, por lo pronto, tampoco se podrá activar en los próximos días. Un problema en la construcción de la pasarela que une la parte alta del elevador con Pi y Margall ha obligado a los técnicos a retrasar su puesta en marcha mientras buscan una solución que obligará a realizar trabajos adicionales.

El problema no es grave, según garantiza el concejal de Fomento, Javier Pardo. Pero el Concello quiere tener todas las garantías de seguridad antes de poner en marcha un ascensor por el que pasarán a diario cientos de peatones. Tras finalizar la obra, los técnicos detectaron que la pasarela que conecta el mirador de la parte alta con Pi y Margall -por donde deben pasar todos los viandantes para entrar y salir- vibraba más de lo esperado. "Por seguridad, y aunque no estábamos obligados, se hicieron unas pruebas de carga y detectamos que se movía demasiado y que vibraba. Además, se detectó también que el tipo de vibraciones no se correspondían con las que figuraban en el proyecto de la obra. Por ello, y ante la duda, se decidió revisar la pasarela", explica Pardo.

Esta discrepancia técnica entre el comportamiento que tiene la estructura al paso de los peatones y lo que figuraba en el proyecto inicial no supone un peligro, o al menos así lo garantizan desde el Concello. En cualquier caso, prefieren tomar medidas correctoras para reducir las citadas vibraciones. "No es un problema de seguridad, sino de confort", garantiza el edil de Fomento.

Los técnicos ya realizaron una revisión de la estructura. Desde sus anclajes hasta la totalidad de los tornillos sin que se detectaran problemas. "Queda la vibración de toda la pasarela que, aunqu es menor, los peatones notarían", anotan. Ahora están trabajando en la búsqueda de una solución que permita rebajar esos temblores y que el ascensor se pueda poner en funcionamiento cuanto antes. Entre ésta y la próxima semana -aseguran fuentes municipales- los técnicos podrían tener ya una alternativa. Sobre la mesa están varias medidas, como la construcción de un pilar que ampare la pasarela o incluso la instalación de algún tirante.

Mientras tanto, todo el perímetro del ascensor continúa vallado a la espera de que se ejecuten las citadas obras de reforma. El nuevo plazo para su apertura se conocerá una vez se decida la alternativa.

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