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PPdeG y PSdeG empatan a meses de las autonómicas y el BNG regresa al Congreso

Los populares vuelven a ser los más votados, pero igualan a 10 diputados con los socialistas - En el Senado logran 6 actas más que el PSOE -UP conserva las dos actas - Galicia da la espalda a Vox

Laurano Bermejo (Cs), Ana Pontón, Gonzalo Caballero, Núñez Feijóo y Yolanda Díaz con Gómez Reino // FdV

La lectura de la noche electoral en Galicia tiene una doblez. Al mensaje de máxima igualdad enviado por las urnas entre el PPdeG y el PSdeG, los dos buques insignia del bipartidismo, se le suma la proximidad de las elecciones autonómicas en cuestión de meses. El 10-N no clarea el mapa político de la Comunidad: instala las tablas en el marcador. Con el 99% escrutado, los populares gallegos recuperaron terreno perdido en la debacle de hace siete meses hasta el punto de ser la fuerza más votada (466.800; 31,97%), pero su ascenso no tuvo la propulsión suficiente como para aventajar en diputados a los socialistas (456.900 votos; 31,29%). Una y otra formación se embolsaron diez escaños.

Por detrás, En Común-Unidas Podemos conservó las dos actas de abril (184.500; 12,64%)). Y el BNG pudo descorchar al fin el champán. La repetición electoral permite al frente nacionalista (118.680; 8,1%) regresar al Congreso tras torcer el brazo a Vox (114.000; 7,8%) en su duelo por el último asiento a repartir en A Coruña. Galicia, como ya había demostrado el 28-A, repele otra vez a los de Abascal, en esta ocasión con el agravante de la efervescencia del partido ultra en el resto de España. Ciudadanos (63.000; 4,32%), la marca más evanescente de la escena política autonómica, vuelve a desaparecer.

En la pelea por el triunfo, hubo foto-finish. Siete décimas distanciaron al partido de Feijóo del de Gonzalo Caballero. Una frontera pírrica, que no hace sino alimentar la tensión de cara al duelo de las autonómicas -con el obligado matiz de tratarse de citas no extrapolables-. El PPdeG rentabilizó un tímido ascenso de 11.000 votos para recoger un diputado más por Pontevedra. Y eso que la circunscripción pontevedresa fue la única donde no fue primera. Allí mejoró, pero el triunfo lo consiguió en A Coruña, y con más impulso en Lugo y Ourense, su principal granero de papeletas. En comparación con el 28-A, cuando el PSdeG ganó en los cuatro territorios, el balance sale positivo para la formación. También se llevaron el Senado con suficiencia: 11 asientos frente a los 5 socialistas. Los de Feijóo canibalizan el descalabro de Cs y se convierten en la segunda baronía popular con mejor resultado, solo por detrás de La Rioja. Eso sí, allí sus correligionarios fueron segundos.

Más matizado fue el resultado del PSdeG. Los de Caballero se dejan 75.000 votos y un asiento y confirman que Pontevedra es su feudo, con el motor que les proporciona una nueva mejora del efecto Vigo de Abel Caballero. Allí su descenso fue cuestión de décimas, como el crecimiento en Ourense .En Lugo y A Coruña perdió algo más de un punto. En todas disminuyó su caudal de votos. Aún así, el PSdeG sigue en posición franca para competir por el gobierno de la Xunta en 2020, liderando el bloque de la izquierda.

En tercer lugar, En Común-Unidas Podemos no sale del todo mal parado, teniendo en cuenta el papel nacional de Iglesias y los terremotos internos de los últimos meses, fruto de su cisma con En Marea. Con 84.000 votos y dos puntos menos que en abril, mantiene sus dos escaños.

Entre las más sonrientes estaban ayer las filas del BNG. Su objetivo de regresar a Madrid se logró gracias a conseguir 24.000 votos y tres puntos más. 12.000 papeletas de ese avance procedieron de A Coruña, donde Néstor Rego cosechó el acta en el tête à tête con Vox. Su estrategia de unidad (aglutinando a CxG, y sin Anova y En Marea) funcionó.

Los de Abascal, por su parte, no trascienden el Padornelo. Pero crecen en 26.000 papeletas. El que se desdibuja por completo es Cs. La suya fue una jornada horribilis. Solo pudo aguantar un tercio del caudal de apoyo del 28-A y se despidió de sus dos asientos.

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