"Esperamos una aclaración temprana y tan pronto como esté lista, estaremos listos". La naviera noruega Havila Kystruten quiere retomar la construcción de los dos buques comenzados en Hijos de J. Barreras, pero supedita el reinicio de la obra -parada desde el pasado 5 de julio- a que llegue una solución a la incertidumbre que rodea la astillero vigués, en situación de preconcurso de acreedores y pendiente de un cambio de dueños. La firma que dirige Arild Myrvoll apremia así una clarificación en el futuro de Barreras para poder rematar los cruceros Pollux y Polaris, aunque también admite que no realizará los pagos si no disponen de "garantías de reembolso" por parte de los bancos, ya sea para recibir los buques o para recuperar el dinero. "Havila no puede pagar al astillero sin que los bancos puedan darnos garantías, pero estamos listos cuando sea posible", resumen desde la firma.
En las gradas del astillero reposan 60 bloques correspondientes a los cruceros de Havila, paralizados debido a problemas de financiación de la naviera y a errores en el diseño a cargo de Havyard Design & Solutions. "Este verano estaba claro que había desafíos técnicos en cuanto a peso y profundidad de los cuatro barcos", concretan a través de un comunicado oficial en relación a los buques de Barreras y a los dos encargados al astillero turco Tersan. Ambas atarazanas lograron ponerle remedio al problema exceso de peso a través de las dos soluciones adelantadas por FARO, que pasan por aumentar la eslora nueve metros en el caso olívico y por utilizar más aluminio para en el caso turco.
Los cruceros construidos en Vigo superarían de esta forma los 131 metros de eslora, aunque en Havila tampoco descartan que se opte por la solución de Tersan, como explicó Myrvoll en declaraciones al medio noruego Nott, al que también confirmó que optarán por alquilar barcos si la nueva fecha de entrega no llega al inicio del servicio adjudicado en Noruega para 2021.
La venta
Sin embargo, desde Havila reconocen que todo "depende de otros players", entre los que cita "al propio astillero, instituciones financieras y otros clientes", concretamente, The Ritz-Carlton Yacht Collection.
La naviera estadounidense que encargó dos cruceros ultrapremium -uno ya en el muelle con un sobrecoste de entre 50 y 60 millones de euros- mantiene en vilo al naval gallego, que espera del plácet final de los responsables del proyecto estadounidense, con el fondo Oaktree Capital postulándose como futuro dueño del astillero. Todo pasa en estos momentos porque se formalicen los "detalles" de la venta con los accionistas actuales, con Petróleos Mexicanos (Pemex) a la cabeza con el 51%, seguido de las empresas del expresidente José García Costas (24,5%) y Albacora (24,5%). "Es importante que nos aseguremos un astillero que sea capaz de construir para nosotros y para Oaktree", reconoció Myrvoll al mismo medio noruego, al que también trasladó su deseo de que los trabajadores afectados tengan "buenas noticias pronto".
