Susana Rodríguez Gacio concentra desde ya sus fuerzas y energías en los próximos Juegos de Tokio, donde la actual campeona del mundo y de Europa de paratriatlón intentará luchar por el oro. Pero, mientras, se atreve a disfrutar del camino y saborear recompensas como su participación en el Mundial de Atletismo, que se disputará estos días en Dubái, donde también competirá otra viguesa: Desirée Vila.
Gacio se embarcaba ayer rumbo a los Emiratos Árabes acompañada de Celso Comesaña, su guía en el tartán. Junto a él logró el billete para el Mundial y también la mínima B para los Juegos en atletismo, aunque la opción de participar en Tokio en las dos disciplinas se antoja complicada por incompatibilidad de horarios.
"Para mí es un premio disputar esta competición este año en el que logré todos los objetivos en triatlón ganando el Campeonato del Mundo y de Europa", anuncia la paralímpica a través de sus redes sociales. "Dispuesta a disfrutar de esta experiencia, a darlo todo", añade la viguesa. Y mientras ella es ya una experta en alta competición, para Comesaña, triatleta aficionado, será una gran oportunidad de vivir desde dentro un evento de tal magnitud. "Será una experiencia increíble. Yo no soy un profesional del deporte y tener la oportunidad de ir a un Mundial es algo indescriptible. Por mí mismo yo nunca hubiera podido vivir una experiencia así", reconoce.
Rodríguez Gacio y Comesaña empezaron a entrenar juntos "casi por casualidad" y hoy en día son ya "amigos". La paratriatleta, que trabaja en el hospital de Santiago, se desplaza a Vigo a entrenar de forma periódica y necesitaba de alguien que la ayudara en sus entrenamientos. "Necesitaba gente que la ayudara y de vez en cuando la acompañaba cuando necesitaba a alguien para entrenar, hasta que se hizo continuo", dice Comesaña.
"Empecé con ella corriendo y nadando y acabamos saliendo en el tándem. Como yo también hago triatlón pues ya estoy acostumbrado", apunta. Sin embargo, donde mejores resultados obtuvo su sociedad fue en la pista, donde, además, la normativa les permite competir juntos. "La normativa de triatlón no nos permite competir juntos en pruebas oficiales, por lo que su guía en la disciplina es Paula García. En atletismo no ocurre así", celebra.
Al principio, los entrenamientos de atletismo estaban destinados a preparar de forma óptima el Mundial de paratriatlón de Lausana, donde finalmente se colgó el oro. "Fuimos haciendo mínimas hasta que logramos la mínima para el Mundial de Atletismo. Este verano, además, también hicimos la mínima B para los Juegos también en el 1.500", resume el guía. Así, en el Campeonato Gallego Absoluto batieron el récord de España en la prueba de 1.500 metros de la clase T11 con un registro de 5.06:11. Pero en el Control de Atletismo organizado por la Federación Española de Deportes para Ciegos en Segovia rebajaron esa marcha hasta 4.58:97. Mientras cruzan los dedos y esperan un cambio de horarios que les permita participar (la prioridad de Susana Rodríguez es el triatlón) se embarcan hacia Dubái en la que será la competición más importante que harán juntos hasta ahora y a la que la viguesa llega con la sexta mejor marca del ranking mundial, aunque reconoce que estar en la final va a estar muy complicado.
"Tenemos muchas ganas de que llegue el día y ver qué pasa". Las semifinales serán el 14 de noviembre. "Si pasamos tendríamos la final el día 15, pero hay mucho nivel. Llegamos con la sexta marca mundial, pero la hicimos cuando ella estaba en su pico más alto de forma y va a ser complicado repetirla, pero lo intentaremos", anuncia el triatleta, que a partir de 2020 militará en el Porriño en el triatlón y en el Atletismo Celta junto a Gacio en atletismo.
El nivel de exigencia es elevado también para él. "Tienes que estar incluso mejor que el atleta porque tienes que ir dándole indicaciones, pero la verdad es que nos compenetramos muy bien", dice Comesaña, que es Guardia Civil de profesión.
"El espíritu de sacrificio que tiene Susana no lo he visto en ningún otro deportista. Ella compatibiliza su trabajo en el hospital con los entrenamientos y es una animalada. Es difícil explicarlo si no vives en el día a día con ella. A veces está agobiada y es normal porque el sacrificio que hace es increíble", dice con admiración. "A ella le cuesta conformarse y siempre busca la mejor versión de sí misma. Es una bestia. A mí me ayuda mucho a ver las cosas de otra forma y lo valoro todo un poco más desde que entreno con ella, por eso la ayudaré siempre que pueda", apunta.
