El piloto rosaleiro Gabriel Marcelli se proclamó ayer en La Nucía campeón del mundo de TR2 tras la disputa del Gran Premio de España, última prueba puntuable del Mundial al aire libre de la especialidad y que ha permitido al joven piloto de Montesa, de 19 años, certificar su primer título mundial.
"Es un sueño hecho realidad", decía ayer tras la competición de Alicante que bajaba el telón del Mundial y donde el rosaleiro se adjudicó la primera plaza, que permitía aventajar a su más directo rival en la lucha por el título, el italiano Matteo Grattarola, que llegaba a la cita en la primera posición provisional del campeonato con un solo punto de ventaja respecto a Marcelli.
Pero en su año de reválida, el rosaleiro dio una gran lección de madurez. Llegaba, además, a esta última cita reforzado tras conquistar el pasado mes de agosto el título en el Campeonato de Europa absoluto en la localidad checa de Brezova. Precisamente, Grattarola no acudía a esta cita para centrase en el Mundial, en el que defendía el título logrado en 2018.
Marcelli era consciente de que se encontraba ante un año importante en su carrera. Su máxima ilusión era hacer un buen papel este año para poder dar el salto la temporada que viene a la categoría reina, esa en la que pilota su compañero de equipo Toni Bou, que ayer lograba un pleno histórico de triunfos al imponerse en las siete competiciones del circuito, o otros ilustres como Adam Raga (TRRS) o el vigués Jorge Casales (Vértigo).
Y Marcelli dará el salto con el título de campeón del mundo en una categoría en la que fue segundo en 2017 y tercero el pasado año. "Llevábamos tres años luchando en esta categoría por lograr el oro pero nunca fue posible y este año lo hemos conseguido, por lo que estoy súper contento", apuntaba el rosaleiro en declaraciones recogidas por Telemariñas.
La temporada de Marcelli fue de menos a más, logrando un quinto puesto en la primera cita del Mundial, en Italia, el pasado mes de mayo. En Japón llegaron sus dos primeros podios, con un tercer y un segundo puesto en las dos pruebas disputadas en Motegi. Empezaba a coger confianza y a creer en sus posibilidades y en el Gran Premio de Holanda, en junio, llegó la primera victoria. Ese mismo mes firmó el tercer puesto en Bélgica, para volver a subirse a lo más alto del podio en Gouveia, al lado de casa, donde disputó el Gran Premio de Portugal. En Auron, escenario del GP de Francia, fue segundo, intensificando su pulso con Grattarola. Un solo punto les separaba y ayer el rosaleiro fue primero y el italiano, quinto. Arropado por un nutrido grupo de rosaleiros desplazados a La Nucía, entre los que se encontraba la alcaldesa de O Rosal, Ánxela Fernández, que asistió a título personal a la cita, el piloto pudo brindarles la victoria. "É un exemplo de esforzo, traballo e sacrificio", festejó la regidora rosaleira.
El piloto de Montesa, por su parte, quiso dedicar su título "a toda la gente que me ha apoyado hasta ahora", además de tener un recuerdo especial para "Montesa, Honda, S3 y Evo", las marcas que le respaldan.
