Pione Sisto ha colmado la paciencia del Celta El club celeste se ha hartado de las excentricidades y reiterada falta de profesionalidad del atacante danés, que ha perdido el favor de Óscar García el técnico que hace unos meses lo rescató del ostracismo y era hasta la fecha su principal valedor. El jugador cumplió ayer su tercer día de arresto domiciliario como castigo por su fuga de Dinamarca en pleno estrado de alarma.
A diferencia de Fedor Smolov, que regresó a Rusia con permiso y el pasado lunes a la disciplina del grupo para retomar los entrenamientos en A Madroa, Sisto decidió saltarse el confinamiento por su cuenta y riesgo, sin informar al Celta, que se quedó perplejo cuando se enteró que había regresado a Dinamarca tras recorrer por carretera 2.800 kilómetros. El club anunció entonces que aplicaría al jugador el régimen de disciplina interna y le impondría una fuerte multa, pero no ha aclarado luego si el castigo contemplaba que fuese apartado del grupo, ni si en la decisión de que se entrene estos días en casa ha pesado el criterio del entrenador.
La fuga a Dinamarca no ha sido más que otra de la larga serie de extravagancias que han jalonado los dos últimos años de Pione Sisto en Vigo y la situación, lejos de mejorar, ha empeorado después de este controvertido episodio. En la calle del Príncipe, de hecho, no ha sentado nada bien que el futbolista no informase al club de su regreso a la ciudad (lo que sí hizo Smolov), pero sobre todo ha molestado que el futbolista reconociese en las redes sociales que había obviado el plan de entrenamientos que el Celta le había dado para el confinamiento para centrarse en mejorar su salud mental a través de la meditación.
Enfado de Óscar García
Esta última confesión ha incomodado a Óscar García, que ya le reprochó públicamente su conducta cuando Sisto expresó su enfado al ser sustituido por Gabriel Fernández en el partido de Liga contra el Eibar. Aunque este desencuentro quedó aparentemente olvidado, la posteriores salidas de tono del jugador han empeorado de forma notable su relación con el técnico. Queda por ver la factura que Óscar le pasa a Sisto (en el fútbol nada puede darse por sentado y tampoco puede descartarse que vuelva a tener su oportunidad), pero en el club hay quien sospecha que es difícil que el extremo danés vuelva a disputar un solo minuto esta temporada. La pelota está en el tejado del entrenador, que debe decidir si las cualidades futbolísticas den Pione Sisto compensan su recurrente falta de profesionalidad y debe sopesar qué mensaje se traslada al grupo, si pasa por alto sus constantes episodios de indisciplina.
En todo caso, el futuro de Sisto parece cada vez más lejos del Celta El club ya consideraba el pasado verano a Sisto un futbolista amortizado y no dudó en ponerlo en el mercado, aunque su negativa a fichar por el Aston Villa impidió su marcha. El extremo danés volverá a estar este verano en la casilla de salida y el hecho de que concluya contrato en junio de 2021 debería precipitar su salida.
